Por Victor Valle.
Hoy 11 de septiembre de 2023 se conmemora un hecho de trascendencia histórica para América Latina y el mundo. Salvador Allende, el presidente constitucional de Chile, que llegó al poder político por medios democráticos, fue derrocado con suma violencia y desbocada barbarie por una conspiración cívico-militar.
Allende, un socialista democrático, fue incomprendido por élites conservadoras de su país y mal visto por el poder hegemónico del gobierno de los Estados Unidos de América y desde que, para sorpresa de muchos, ganó las elecciones en 1970 y proclamó con su triunfo la vía chilena al socialismo, concitó la conspiración desde varias trincheras de la reacción y del conservadurismo político de su país y de las Américas.
Es de dominio público cómo el poderoso empresario, Agustín Edwards Eastman, desde el triunfo de Allende, se coludió con Henry Kissinger y la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos para, primero impedir la asunción de Allende, aún con asesinatos desestabilizadores, como el del general René Schneider, hasta la abierta conspiración financiada con fondos norteamericanos para sabotear los programas transformadores de Allende y sobornar civiles y militares para desestabilizar el gobierno y, finalmente, hacer posible el golpe de estado de hace 50 años.
Una gran lección para el progresismo de América Latina. Un político cauto, con objetivos políticos claros para cambiar la vida de los trabajadores, tuvo la incomprensión de muchos políticos cercanos en el espectro progresista que, con sus radicalismos inviables, contribuyeron a azuzar a quienes, al final, resultaron ser instrumentos de la oligarquía chilena y de los intereses hegemónicos de los Estados Unidos.
Al caer Allende, se descalabró un proyecto político transformador y progresista y se instaló una cruel dictadura; pero quedó el ejemplo inspirador de coraje, claridad de propósitos progresistas y consecuencia hasta el final, puesta a prueba aún con la vida, de Allende patriota, héroe y mártir por la causa de la libertad, la justicia y la democracia, en Nuestra América.
El Centro de Estudios Internacionales Héctor Oquelí, fiel a sus principios por los que existe, rinde sentido homenaje a Allende y a su gobierno y ofrece poner todo su empeño académico para hacer luz sobre los grandes problemas sociales en el marco de la agenda social del socialismo democrático.