La Vía Campesina desarrolló el concepto seminal de Soberanía Alimentaria en el marco de su II Conferencia Internacional (1996) y mientras se desarrollaba dicho evento, el 17 de Abril, diecinueve campesinos sin tierra fueron masacrados en Eldorado dos Carajás durante una operación de la Policía Militar Brasileña para reprimir una movilización.
Han transcurrido 20 años y el campesinado organizado en la Vía Campesina, sigue resistiendo los embates del capitalismo a nivel internacional, hoy contra las irrupciones del imperialismo por el control de los recursos naturales y especialmente por la ofensiva contra los gobiernos progresistas en toda Latinoamérica (hoy con la máscara de los poderes judiciales y medios de comunicación), en un contexto en donde se produce el desenmascaramiento de los poderes fácticos que viven a costa de la población obrera del mundo y esconden lo que nos roban en paraísos fiscales. Esta situación está provocando una grave vulneración de derechos, y en la región Centroamérica se traduce en atentados contra la vida de campesinos y campesinas, defensores y defensoras de derechos humanos, cooperativistas, ambientalistas y población en general.
La explotación rapaz de los recursos por los intereses del capital, ha provocado grave deterioro de los las condiciones ambientales y de la vida misma de las personas. En este sentido en El Salvador, nos encontramos en medio de una crisis hídrica, provocada por los efectos devastadores de neoliberalismo que acelera y profundiza el Cambio Climático, del cual somos directamente afectados y afectadas.
En el contexto de esta crisis, el partido ARENA y los partidos de derecha nos niegan el derecho humano al agua y a la alimentación, al negarse reiteradamente a ratificar el artículo 69 de nuestra constitución y a aprobar la Ley General de Agua y la Ley de Soberanía Alimentaria, anteponiendo sus intereses económicos y facilitando a empresas privadas, nacionales y transnacionales, el uso del agua y alimentos para lucrarse y no para el beneficio de las mayorías.
Hoy la CNTC Vía Campesina-El Salvador reitera su exigencia por colocar en el centro de todas las políticas públicas a la persona humana, su seguridad, educación y alimentación, expulsando cualquier interés económico que ponga en riesgo nuestra vida.
A la vez proponemos y exigimos la adopción y el desarrollo de un modelo productivo basado en la Soberanía Alimentaria, la adopción de la agroecología como mecanismo de adaptación al cambio climático y de desarrollo resiliente del sector campesino y rural del país, que a su vez generará cantidades importantes de alimentos, empleos, y servicios ecosistémicos (recuperación de los mantos acuíferos, incremento de la biodiversidad, creación de microclimas, absorción de CO2 y generación de oxígeno para las personas) y el fomento a los mercados campesinos locales para la comercialización justa de nuestros productos.