Por Alejandro Herrera Núñez.
Entrevistamos a la chica del Pionono, quien declara que la política es como una relación con dos posibilidades: el final feliz o el divorcio.
La razón por la que Zully Pinchi no es Valeria, la protagonista de su última novela Un presidente enamorado, es porque Valeria en el capítulo 1 apenas se despierta fuma dos cigarrillos. Está claro que el libro es ficción de parte de la no fumadora Zully Pinchi, quien arremetida por una prensa mojigata, morbosa y llena de chacales, solo han insistido en volver al mismo sensacionalista punto: “Zully, ¿has tenido un romance con el ex presidente Martín Vizcarra?”
Su respuesta, aunque reiterada hasta la enésima potencia, siempre ha sido un rotundo NO, sin embargo ha sido sistemáticamente ignorada por dicha prensa con titular de periódico de ayer.
Entonces, ¿cómo entender Un presidente enamorado? Como lo que es, una ficción y a su vez una provocadora respuesta a los pontífices de papel mojado.
Desde el diseño de la portada hasta el marketing muy bien craneado, como dicen en Perú, la novela de Zully, la chica del trend musical de 2022 en Tiktok, mi bebito fiu fiu, ha sabido aprovechar la corriente de sensacionalismo de parte de la prensa y ha obtenido publicidad gratuita por valor de varios millones en difusión y cobertura. Lo que ya sucedió el año pasado con la presentación de su poemario, Pionono de vitrina, un libro que superó las expectativas, y cuyo éxito en ventas volvió a repetirse este año durante su presentación en la Feria Internacional del Libro en Lima, lo cual demuestra que el público lector la recuerda y sigue teniendo acogida en ventas.
Entonces partiendo de un juego en el marco de la civilización del espectáculo, la novela de Zully, quien además es experta en neuromarketing, es una respuesta burlona a los medios, pero también es una exposición metafórica sobre la pasión y el enamorarse de la política, porque como propone a lo largo de la novela, de lo que en última instancia trata esta historia en clave romántico es de las complejas relaciones humanas, y como la política también consiste en relaciones, a veces de conveniencia, otras veces en manipulación, y en ocasiones de amor y entrega.
Especial mención del libro son los poemas en prosa de amor que recogen lo mejor del pulso de la autora.
“Qué triste amarte y no tenerte, es como morir lentamente sin democracia, sin soberanía, qué increíble es tu oligarquía…”
Una pregunta que tácitamente se hace reincidente a lo largo de la novela, es la que hace Valeria, la protagonista , y que tiene un sentido metafórico más profundo del que se lee a primera vista: “¿Y si me amas, por qué no luchas por el amor que dices sentir hacia mí?” Parece una elegía más que una exigencia a los políticos y su desgana de luchar por el pueblo que pretenden cortejar con promesas sin pagaré, cargadas con deuda al portador: la decepción.
Lo más gracioso es cerca al final. No me atrevo a hacer spoiler, pero es lo más gracioso que he leído en años.
Conversamos con la autora de la novela y nos ofrece algunos detalles sobre su libro y el panorama político en el recóndito Perú.
¿Existen relaciones entre tu anterior libro Pionono de vitrina y el actual, Un presidente enamorado?
Definitivamente hay un vínculo total porque es una saga. En cuanto a Pionono estaba dedicado a una serie de personas, y no solo una, porque al escribir poemas, y eso lo saben todos los poetas, uno piensa en alguien al escribir, un alguien que no es la misma persona. Por otro lado en esta novelita romántica lo que te vende es lo que todo el mundo quiso imaginar. Y vendo esta historia de manera bastante amplia y cosmopolita en tendencia con lo que le gusta a los jóvenes y mayores. Por otro lado a mí me gusta mucho compartir el éxito que han tenido mis libros en estas dos últimas ferias, pero el mayor éxito ha sido y es el contacto con la gente, esa es la mayor riqueza, además que se logró llenar los auditorios de sus respectivas presentaciones. En esta oportunidad ver que la gente esta interesada en escucharme por motivos distintos a los del año pasado, porque ya no era por el morbo, sino más bien en plan ‘vamos a ver qué tiene Zully para contarnos y de qué trata está novelita romántica’. Eso me sorprendió y estoy muy agradecida. También quiero mencionar que tanto el libro Pionono de vitrina así como Un presidente enamorado tienen un fin solidario, y es mi propósito que los libros que yo haga tengan fines solidarios hacia con las ollas comunes de las zonas más vulnerables de Lima. Por lo que el mayor éxito para mí es poder ayudar a las ollas comunes. Eso para mí es el verdadero éxito.
Esta es una novela ágil, corta y que te lleva a todos los sentimientos como la pasión, el romance o el erotismo y a enamorar. ¿Por qué el amor?
Porque es lo que hace falta en la política. Como dice en el prólogo del libro, está dedicado a todas las personas que han amado hasta la médula ósea e inclusive a los límites de la columna vertebral. A todos los que han entregado todo por el amor, este libro les va a gustar. Pero vayamos de lo Literario para llegar a lo político. Yo empiezo a escribir desde hace más de una década. A mí me gustó desde siempre la poesía de César Vallejo, y justamente este año es así como se llamó el nombre del auditorio donde presente mi libro, lo cual ha sido un gran honor. Me enamoré de los Helados Negros desde que lo leí a los siete años. Así mismo me enamoré de la obra novelística de Vargas Llosa, quien ha sido mi maestro. Mis referentes literarios son poéticos como románticos, entre ellos Benedetti, Pablo Neruda, García Márquez y Clara Campoamor, quien luchó en España porque las mujeres votaran. Y una locura romántica para mí ha sido García Lorca y Rubén Darío. Pero mi referente máximo es el Don Quijote de la Mancha, al punto que me creí Dulcinea buscando su Don Quijote, porque ese personaje representa al caballero leal y bueno, ese hombre que mata por tí, que te defiende y te protege, y si bien vivimos una época de empoderamiento femenino es también importante recordar que las mujeres también queremos un hombre que nos quiera y proteja, no tanto que te de cosas sino te haga sentir seguridad, la seguridad de estar en los brazos de un hombre que lucha por ti y Un presidente enamorado va un poco de eso en clave romántico, pero también como una metáfora política. Así mismo me interesa descubrir nuevos autores, nuevas formas de narrar y creo que en el fondo cada mujer tiene encerrada dentro del closet una poetisa que pugna por salir y simplemente hay que explorarlo. Por eso estimo que la literatura es un gran buffet en que hay que probarlo todo y no limitarnos en algunos cuantos nombres pomposos, sino explorar desde Cervantes hasta Isabel Allende. Y aquí viene mi reflexión política, que se puede resumir en si un político está enamorado de su proyecto, de su país y de sus militantes.
¿Qué opinión tienes sobre la actual presidenta del Perú, además de ser la primera presidente mujer de tu país? ¿Rescatas algo del discurso presidencial del 28 de julio? ¿Te parece que está enamorada del Perú?
Enamorada lo estaría alguien que se hubiese presentado a las elecciones, aunque sea de la alcaldía, pero poner a un vicepresidente es como poner a un regidor, ellos van a estar allí , entonces yo no sé si realmente está enamorada del Perú, pero si se que dió un discurso emotivo con mucho apasionamiento y se ha atrevido a dar un paseo por el interior del país ante la oposición de los partidos políticos adversos, de la opinión pública y la crítica más acérrima. Pero por otro lado me ha parecido también su discurso y actitud algo intrascendente, porque no ha habido un gran cambio, no es que el ingreso per cápita haya mejorado, ni internacionalmente estemos mejor vistos. No ha habido una metamorfosis, porque no ha ocurrido absolutamente nada en los últimos meses en el que llevamos en este nuevo gobierno. Definitivamente no estamos en el mejor momento.
Hay una tesis a través de tu libro que sostienes que resulta interesante, el de la analogía de la política con las relaciones de pareja ¿Qué pasa con las relaciones en los partidos, se afianzan o se diluyen?
En una relación mutua entre un partido político y un simpatizante o militante siempre va existir esto, iniciamos un romance y sabemos que va a darse dos posibles finales, el final feliz o el divorcio. O te afianzas o te decepcionas . Es como una relación. Solo se afianzan cuando ves que los ideales y el plan de gobierno, el cual se ha conversado hasta volverse doctrina, se van a ejecutar, solo ahí se va a afianzar; y cuándo me voy a decepcionar, cuando el partido te cobra miles de dólares para postular o tener un número x en la lista de una plataforma de alcaldes o regidores. Entonces cuando tú te das cuenta que el partido es una organización limpia es que tu te puedes afianzar, participas, das y continuas, porque ves el brazo solidario de la organización. Crees en el partido. Entonces, o puedes amar a un partido político a través de tu participación o lo puedes terminar odiando. El partido se supone tiene una visión de país y una estrategia que ofrecer. Pero si entras al partido y te das con la sorpresa que todo es una trampa, que no hay reparto del voto preferencial y que te cobran por el número de lista, y todo ese dinero se va a dos o tres personas que dirigen el partido y no a ayudar o construir, entonces solo queda el odio. Porque ¿cómo amar un partido que no invierte en la formación de sus militantes, que desarrolla foros, un partido que no ofrece educación a sus militantes? Si no ofrece eso ¿qué es? Solo miremos a Alan García, él estaba enamorado de la política y de las ideas de su partido, en cambio los políticos que veo ahora están apasionados por el poder y están enamorados de su cargo y de lo guapos y guapas que se ven en sus cargos. Ojalá hubiese políticos así de enamorados pero de la democracia, que es lo que significa la política, servir a la gente, al pueblo, servir a todos y no organizarte en un sector y generar brecha entre las clases. Necesitamos políticos enamorados de los logros que consiguieron ellos mismos antes de entrar en la política y no a través de la política. Entonces volteemos la vista a la región, veamos a Milei y su pasión por Argentina o Bukele que está enamorado de su país, de su visión y de su propósito. Porque ha demostrado tener pasión por la política y por servir enfrentando al crimen. Definitivamente él es un presidente enamorado, porque ha logrado el cambio en su país.
