“El último lugar donde me confesaría gay sería en una iglesia”, “Para Dios nunca he estado en el closet”, ” Me miró a los ojos y la pastora me preguntó cómo quieres que te llame”, ” La espiritualidad es más grande que la religiosidad”, ” Escuchamos discursos homofóbicos y transfóbicos no sólo desde el púlpito, sino en los medios de comunicación”, “Ayuné tantas veces para que la homosexualidad se me quitará”, “Hicieron tantos ritos para que la homosexualidad se fuera”, “No sabemos cuántas personas son LGBTI pero sí existen en la iglesia, es una realidad que no podemos negar”, “Mi máxima preocupación era que mi mamá se enterará, una vez se enteró se volvió mi aliada”, “No me sentía merecedor de inclusividad”, “La sexualidad lo es todo no es práctica adquirida”, y finalmente, del Obispo, Premio Nobel de la Paz, Desmond Tutu: ” No quisiera ir a un cielo que fuera homofóbico. No, me disculparía y me fuera a otro lugar”.-
Las mayoría de las anteriores expresiones fueron de personas de la comunidad de Lesbianas, Gay, Bisexuales, Transexuales (LGBTI) que participaron de grupos focales y entrevistas para la investigación: “Reconciliando la diversidad sexual y la libertad religiosa en El Salvador, responsabilidad de la Fundación Cristosal y patrocinada por el Gobierno del Canadá, y que tuve el placer de ser parte del equipo investigador. Y cuyo objetivo fue el fortalecimiento de la libertad religiosa de las personas LGBTI, y promover una cultura de respeto hacia la diversidad sexual en la comunidad religiosa.
Algunos de los hallazgos interesante, de la investigación han sido:
1- Las Iglesias consultadas no tienen un pensamiento heterogéneo respecto a la homosexualidad, dentro de sus universos existen líderes que respetan la diversidad, otros que amparan en textos sagrados su rechazo, sin embargo, reconocen, algunos de sus jerarcas la necesidad urgente de sensibilizar sobre el tema a sus bases.
2- Las iglesias no son el mejor lugar para confesarse de una expresión o identidad distinta a la heterosexual, son estos espacios paradojamente donde más se violenta la sexualidad.
3 – Cada día la comunidad LGBTI es mayor y académicamente más formada.
4- El activismo ha tenido sus logros y su impacto pero aún no es suficiente para una sociedad tan cerrada como la nuestra.
5- No se trata de qué si se nace o se hace, lo más importante es reconocer en este sector, que son personas sujetas de Derechos Humanos.
6- Las personas trans son las más marginadas de la comunidad y quienes presentan estadísticas altas por asesinatos de odio.
7- Existen servidores públicos que en nombre de su religión niegan acceso a servicios a las personas LGBTI.
8- No es lo mismo una persona LGBTI en lo rural que lo urbano, entre más pequeño es el territorio de acción mayor la discriminación.
9- La discriminación suele comenzar en la familia.
10- Para algunas religiones un miembro LGBTI es una maldición para sus familias.
11- El lenguaje es importante para hablar del tema.
12- Que la discriminación a las personas LGBTI es violencia de género, odio a la expresión femenina.
Las propuestas que sugiere la investigación, y que parte de los mismas personas entrevistadas para hacer comunidades de fe más inclusivas son: Re-interpretar la Biblia, y dar un enfoque con los signos de los tiempos, trabajar en abandonar prejuicios contra las personas LGBTI, construir nuevo liderazgos religiosos con apertura al tema, la educación es fundamental para comprender la realidad LGBTI en general, y hay que perder el miedo a hablar del tema, debe propagarse un Dios inclusivo y no iglesias normativas. ¿Y qué sucedería si el cielo fuera homofóbico?.