Se trata de un personaje que castiga a quienes cometen faltas morales por las calles durante la noche. Según antropólogos, el personaje representa una dualidad entre el bien y el mal que no puede separarse.
Quienes aseguran haberlo visto, dicen que viste de blanco. Pero también hay testimonios que afirman haberlo visto de negro.
Roque Dalton escribió sobre él: "Seco como un árbol aniquilado por el bejuco matapalo, su rostro brilla levemente con la ceniza pálida de los siglos y sus ojos rojos tienen un fondo donde nos espera la locura o la muerte. Nadie más justo que él, sin embargo. De ahí su nombre. Solamente los fatuos, los necios y los obstinados deben temer su daño sin motivos especialmente graves…"
Su misión es castigar a quien se emborracha, roba o busca obtener algún provecho de la oscuridad para cometer alguna falta social.