martes, 16 abril 2024
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Unidad de clase y alianzas varias

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La organización popular de clase forja primero la unidad en el pueblo

Una organización popular de clase existe porque los intereses materiales de sus integrantes los han llevado a unirse para luchar por ellos en vista de que el sistema se los niega. Por tanto, una organización popular de clase es anti-sistémica. Hay otras organizaciones de clase que surgen de similar manera pero alrededor de la defensa de los intereses de la clase que impone el sistema en contra del que lucha la organización de clase popular. Lo que está en juego en esta pugna son los medios materiales de vida: territorio, tierra, comida, agua, aire, energí­a eléctrica, educación, salud, empleo, salarios, etc. Los partidos tradicionales son organizaciones de la clase dominante, mientras que las organizaciones populares de clase lo son de las mayorí­as explotadas y oprimidas por un sistema que necesita de la explotación y la opresión para mantener el bienestar de su élite económica.

El sistema al que la organización popular combate, responde mediante la violencia ―fí­sica y simbólica― en contra del pueblo. En lo fí­sico, asesina a sus dirigentes. En lo simbólico, criminaliza la acción popular y ataca ideológicamente los principios populares de lucha mediante la educación, los medios masivos, la entretención banal interconectada y las paliativas oenegés. Sobre todo, las que disfrazan su básica función contrainsurgente asumiendo reivindicaciones populares pero que no llegan a ser de clase, sino se quedan en las alturas de los culturalismos legalistas, como si la ley fuera capaz subsumir y resolver la lucha de clases. Desactivar ideológicamente al sujeto popular del cambio es el objetivo de la guerra ideológica del sistema. Por eso disfraza de ideologí­a popular de izquierda la actividad culturalista de constelaciones de oenegés, financiadas por el capital corporativo transnacional y creadas para dispersar y neutralizar a los movimientos populares de clase.

Por lo dicho, las organizaciones populares de clase forjan alianzas y convergencias con organizaciones similares mientras crecen lo suficiente como para alcanzar una posición de fuerza. Cuando la han alcanzado pueden admitir a grupos contrarios que por conveniencia apoyen su proyecto, como lo hizo Morena en México. La unidad del pueblo no equivale a una suma simple. Se construye en la convergencia de los intereses de clase de las mayorí­as populares, dejando los intereses culturalistas en segundo plano. Porque, aunque importantes, no lo son tanto como el territorio, la tierra, la comida, el agua, el empleo, la salud, etc. Por ello, la organización popular de clase ―que forja la unidad del pueblo en y con el pueblo― relega las alianzas con la derecha, la izquierda rosa y el oenegismo progre para cuando haya crecido tanto, que las artimañas de la clase dominante le sean inocuas. ¿Ta claro?

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http://www.mariorobertomorales.info

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Mario Roberto Morales
Mario Roberto Morales
Escritor, periodista y catedrático guatemalteco; ha sido Premio Nacional de Literatura de Guatemala. Ha escrito novelas, cuentos y ensayos

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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