Por Carlos F. Imendia.
¿Te acuerdas del Centro de antes? El Centro de antes era el epicentro de la actividad económica en el país, todo fue desarrollándose a la fuerza, abriéndose espacios de comercio, que de muchas partes, pero sobre todo de los municipios cercanos (hoy distritos) pueblos satélites, etc., venían a comerciar con su producción agrícola, granos básicos a la ciudad de San Salvador. Incluso una ciudad cosmopolita como lo describiría Ambrogi, ya sea de extranjeros que se asentaron en El Salvador, como los italianos, arquitectos y escultores que embellecieron nuestra ciudad, músicos; industriales, urbanistas, los españoles comerciantes, que traían exclusivos productos a la ciudad capital y dinamizaban el comercio, entre ellos vascos, gallegos y en su mayoría catalanes. Los franceses que trajeron academias, arquitectura, gastronomía y la panadería que aun deleitan nuestra mesa con el pan francés, el budín, el pichardín, la peperecha, etc. También a principios del siglo XX huyendo de sus conflictos y la pobreza, llegaron los primeros palestinos a nuestro país, que con su ahínco y creatividad en los negocios, pudieron construir grandes negocios y empresas que aun operan y se diversifican.
Pero el Centro de San Salvador tuvo sus episodios oscuros , cuando ya las mafias comenzaban a operar , los contrabandistas, los ladrones de furgones, los grandes evasores y estafadores que dinamizaban una economía oscura, moviendo millones de dólares de manera insensata y fraudulenta, se comenzaban a apoderar de zonas, los grupos pandilleriles instauraban el terror, la extorsión , y la sangre corría en el centro, la gente caía acribillada sobre sus ventecitas callejeras, el terror y las desapariciones hacían del centro capitalino un lugar inimaginable para ir de paseo.
Es más, llegar por la catedral, la Iglesia el Rosario era un hito y una acción de valentía poder fotografiarse en esos sitios históricos en la capital y salir ilesos, sin sufrir algún asalto o alguna mala pasada con algún mal viviente.
El rescate y la transformación del Centro capitalino) se venía gestando desde el año 2015 en el cual se comenzó a ver verdaderas transformaciones y medidas que acarrearían una transformación casi total y dramática de esas épocas, oscuras, literalmente porque la iluminación del centro eran aquellas tenues luces de sodio que a duras penas iluminaban las oscuras calles llenas de maleantes. La insalubridad, el hedor de putrefacción vegetal del Mercado Central, amurallado por changarros de laberintos casi mortales, donde se dividían los negocios los mafiosos.
Hasta la fecha el orden dramático es una realidad, el Centro es fuente de empleo del sector informal, excluyéndolo tampoco es la solución más sostenible, deben haber dos tipos de evolución mental: La de la comuna y la de los vendedores. Porque el desorden no se puede volver a instaurar, pero tampoco la brecha de la desigualdad debe crecer, soluciones de alto nivel se necesitan para no caer en una guerra campal entre vendedores y agentes del CAM, que ya se comienza a caldear los ánimos entre ellos.