Por Juan Gasparini
El 24 de febrero se cumple un año de la invasión rusa a Ucrania. Vladimir Putin va a pronunciar un discurso ante el parlamento, la Duma, mientras el Presidente estadounidense, Joe Biden, visitará Polonia. Unos 50 países apoyan a Kiev, pero dos tercios del planeta confortan a Moscú. El centro de gravedad europeo se desplaza hacia el este. Se acerca el mes de abril, el del enrolamiento de reclutas en Rusia, alrededor del 1 millón de nuevos soldados engrosaran las fuerzas armadas.
Iniciado hace más de una semana, el ataque redoblado desde el Kremlin, no consigue incrementar el 16,5% del territorio reconquistado a Ucrania, perdiendo el 7,5% capturado al inicio de la invasión, según la evolución de la linea fronteriza de unos 700 kilómetros que separa a los contendientes. De momento, Volodymyr Zelensky logra retrasar la ofensiva terrestre rusa, mientras espera el arribo de los tanques y aviones prometidos por sus aliados, quienes a su vez están formado en sus países a los militares ucranianos para pilotearlos.
La pretendida « operación militar especial », eufemismo utilizado por del dirigente moscovita para soslayar el termino « guerra » en el conflicto con Ucrania, susceptible de complicarle eludir sus responsabilidades para con los órganos de justicia internacional, de Naciones Unidas y la Corte Penal Internacional (CPI), revelan una voluntad neocolonial e imperialista. Al Presidente Putin le es al menos imputable el crimen de « agresión » por la violación de fronteras reconocidas en la ONU. Kamala Harris, vicepresidenta de Estados Unidos, Fiscal General de California entre el 2011 y 2017, afirmó el sábado en Munich, que Rusia cometió « crímenes de lesa humanidad » en Ucrania, o sea, «un ataque masivo y sistemático contra la población civil», imprescriptible.
Esta «operación especial», encubre en su formulación las reales intenciones de Putin en Ucrania. Fue lanzada luego que el Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, renunciara en 2013, de acompañar a Francia en un asalto punitivo contra Siria, protegida por tropas de Moscú, tras el uso de armas químicas contra la protesta civil. El mandatario ruso dispuso en 2014, la ocupación del Donbass y la anexión de la Crimea, hoy la clave de una amenaza que abarca a Moldavia, los países bálticos, Polonia y los Balcanes. De hecho, las atrocidades ejecutadas por Rusia en Ucrania ( Boutcha, Izioum, Kherson), no han amedrentado a la población, que no se rinde.
Según datos concordantes de fuentes occidentales, Rusia ha constituido un dispositivo en las fronteras con Ucrania, con 1800 tanques, 3950 blindados, 2700 sistemas de artillería, 400 aviones, 300 helicópteros y 810 lanzagranadas. Las promesas para defender a Ucrania alinean 13 aviones Mirage 2000 franceses, un número indeterminado de aviones británicos Typhoon, y de F-16 estadounidenses. Francia e Italia producirían sistemas lanza misiles SAMP/T-Mamba, y 700 de sus proyectiles Aster, por si Kiev los necesitara. Es todavía una incógnita como influirá en el duelo aéreo que se avecina, los drones ucranianos.
La introducción de aviones occidentales de alto poder de fuego en el arsenal ucraniano, abre un interrogante sobre las consecuencias de incursiones aéreas en la geografía rusa, hasta ahora desconocidas. Una cosa es defenderse en su territorio contra un ataque del exterior, y otra es arremeter contra objetivos rusos embistiendo su espacio aéreo. Dado que Putin acomete con sus misiles lanzados desde Rusia, y está destruyendo hasta la infraestructura civil de Ucrania, es legitima la autodefensa de Zelensky, escalando por encima de sus fronteras, resultando sin embargo imprevisible la reacción de Moscú, dejando planear el peligro de una replica nuclear.
Al arsenal ucraniano se añadirían entre 70 y 80 tanques estadounidenses « Abrams », y paralelamente otros 200 « Leopard », de fabricación alemana, más 12 nuevos cañones franceses « Caesar » sumados a 18 entregados meses atrás, y 19 comprados por Dinamarca, que los cedería a Kiev. Francia formaría ademas 2.000 de los 15.000 soldados que van a instruirse en la Unión Europea. Paris aportaría también 1 ejemplar de su radar Ground Master 200, vehículos de transporte de tropas VAB, blindados AMX-10 RC, y obuses de 155 mm, con pólvora de Australia.
La guerra provocada por Rusia contra Ucrania, resucitó a la OTAN, que tramita la entrada de dos nuevos miembros: Finlandia y Suecia. Al tiempo, aceleró la adhesión de Kiev a la Unión Europea, proceso que debería finalizar en 2026, transición que la protegería, de alargarse la lucha, sin negociaciones de paz a la vista. Tampoco de armisticio, es decir la suspensión pactada de la disputa entre los beligerantes, eventualmente con una fuerza de interposición concertada. Entre tanto, la Unión Europea ha engrosado el congelamiento de fondos atribuidos a los « oligarcas rusos » a 19 mil millones de euros. El último informe de víctimas identificadas por la misión de observación de la ONU en Ucrania, arrojan 18.955 víctimas: 7.199 asesinadas y 11.756 heridas.