El lunes 8 del corriente, el gobierno de los EEUU hizo pública su decisión en torno al statu de la comunidad salvadoreña afiliada al TPS desde 2001 y como consecuencia del fenómeno migratorio que desato los eventos telúricos que asolaron a nuestro país en aquel año, revocándolo y concediendo 18 meses para que estos, alrededor de 195,000 en total ( junto a sus familias pueden rondar los 600,000 personas), “encuentren” mecanismos para regularizar su condición legal en EU, o, concluido el tiempo concedido, abandonen suelo estadounidense. Esto sucedió tal cual se había previsto desde que se anunció de parte de la administración Trump la conclusión de éste y como parte de sus promesas de campaña en lo relativo a la comunidad inmigrante.
La razón que sustenta ésta decisión es el que “”¦las naciones cuyos ciudadanos se acogieron a esta figura han sido receptoras de múltiples ayudas de parte de los EU y consecuentemente se han recuperado en su infraestructura, por lo que no existe ya motivo alguno que valide su prorroga”¦” (Departamento de Seguridad Nacional, DSN)
Sin embargo el compás de tiempo que se concedió a los connacionales para definir su condición incluye además una nueva re afiliación en las fechas calendarizadas para aquellos que cumplen con los requisitos, por lo que ello implica que hay opciones que además señaló la embajadora estadounidense al dar a conocer esta información; pero además existen los cabildeos que ya la cancillería y desde hace algunas semanas se encuentra realizando con varios senadores que expresan su compromiso para con las comunidades inmigrantes.
Existe además la iniciativa del cónsul nicaragí¼ense, de procurar como bloque, unificando estrategias de parte de las naciones cuyos ciudadanos están implicados, para realizar así un más efectivo ejercicio en procura de lograr concesiones migratorias que permitan regularizar la situación de todos estos ciudadanos, así como el que el gobierno del Canadá ya inició su propia oferta de refugio migratorio desde noviembre del año recién concluido, y para las diferentes comunidades afectadas por la decisión estadounidense.
Hay entonces opciones legales migratorias para estas comunidades, pero éstas no pueden seguir siendo explotadas indefinidamente, y en cambio sí buscar opciones reales para que la ciudadanía no explore fuera lo que bien pueda encontrar en suelos patrios; si bien las carencias territoriales o de recursos por un lado, o de habilidades técnicas y científicas así como de salarios justos por el otro son falencias de nuestras naciones, no lo son si consideramos el conjunto territorial latinoamericanos con sus vastos recursos, que pueden a través de tratados que no nieguen nuestras soberanías (concedidas a naciones primer mundistas para su beneficio, empobreciéndonos en el inter, y favoreciendo solo a elites como ha sucedido con los TLC), en cambio constituyendo un bloque que puede ofrecer no solo dichos recursos, sino además las habilidades y dominios para transformarlos, generando productos de calidad a precios competitivos, para de cara a la globalización dar paso a estrategias del conjunto latinoamericano que aseguren oportunidades para todos en un orden multipolar del orbe.