Agencia Alemana de Prensa (dpa)
El canciller alemán, Olaf Scholz, advirtió hoy contra un “renacimiento global de la energía fósil” como consecuencia de la crisis del gas provocada por la guerra en Ucrania, según señaló en el llamado Diálogo Climático de Petersberg, celebrado en Berlín.
“Nadie puede estar satisfecho de que la cuota de generación de energía con carbón vuelva a aumentar también en nuestro país. Es muy importante que dejemos una cosa muy clara: se trata de una medida de emergencia temporal que no va en detrimento de nuestros objetivos climáticos”, señaló Scholz.
El canciller germano apuntó que ello también se aplica a las inversiones en infraestructuras de gas, como las terminales de gas natural licuado (GNL).
El Diálogo Climático de Petersberg reúne durante dos días en la capital alemana a representantes de 40 países para preparar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se celebrará en Sharm-el-Sheikh, Egipto, en noviembre.
La cita instaurada por Alemania en 2010 lleva el nombre de un hotel cerca de Bonn en la que se celebró por primera vez.
Scholz añadió hoy en Berlín que las terminales de GNL deben estar en consonancia con el objetivo de llegar a ser neutrales en materia de dióxido de carbono en Alemania y en todo el mundo.
“En términos concretos, esto significa: no estamos creando ninguna nueva dependencia permanente de las fuentes de energía fósiles, ni a nivel nacional ni en los países productores”, sostuvo el canciller.
El Gobierno alemán quiere presentar en la reunión su concepto de “paraguas protector global” contra los riesgos climáticos.
La meta es reforzar y desarrollar la estructura mundial de la financiación y los seguros contra los riesgos climáticos para las personas y los países más vulnerables, según el Ministerio alemán de Desarrollo.
Un estudio hecho público hoy y realizado por encargo del Ministerio de Economía y Protección Climática indica que el cambio climático costó a Alemania una media de 6.600 millones de euros (6.700 millones de dólares) anuales desde 2000.
El coste total desde 2020 fue de 145.000 millones de euros. Se trata de un balance parcial porque algunos daños, como la pérdida de biodiversidad, no pueden traducirse en dinero, indica el estudio.
“La crisis climática es ahora el mayor problema de seguridad para todos los habitantes de la Tierra”, indicó por su parte la ministra alemana de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, momentos antes de la inauguración del Diálogo Climático de Petersberg.
“No tenemos diez, 20 ni 30 años, no, nos quedan ocho años para reducir las emisiones globales casi a la mitad”. Baerbock emplazó a los países industrializados en particular. “Los países industrializados tenemos una responsabilidad muy especial. Porque somos los líderes en emisiones”.
“La crisis climática no se detiene en ninguna frontera, por eso las respuestas tampoco deben detenerse en ninguna frontera”. “Todos estamos en el mismo barco, lo que significa que solo podemos cambiar la situación juntos”, añadió la ministra.