lunes, 15 abril 2024

San Romero del Mundo, el comunicador en medio de la crisis

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El uso de los medios de comunicación por monseñor Oscar Arnulfo Romero es una muestra clara de cómo superar las barreras a la libertad de expresión en medio de difamaciones y campañas de desprestigio.

El perí­odo y contexto en el que desarrolló su labor pastoral (1977-1980) era completamente adverso. El jesuita Jon Sobrino, uno de sus numerosos biógrafos, retoma expresiones del propio arzobispo sobre los medios de comunicación: “Falta en nuestro ambiente la verdad” (12.4 1979), “sobran quienes tienen pluma pagada y su palabra vendida” (18.2.1979), “están muy manipulados los medios de comunicación, muy manipulados” (18.2-1979). “Distorsionan la verdad (21.1.1979). 

También hubo actos concretos que afectaron el trabajo de algunos medios de comunicación: el 13 de marzo de 1980, diez dí­as antes del asesinato del arzobispo, fueron dinamitadas las instalaciones del periódico “El Independiente”; uno de los 14 atentados ocurridos ese año.

La voz de monseñor Romero sonó en un medio pequeño, la radio YSAX, como una señal de esperanza a muchos sectores de la población, al mencionar en las transmisiones a todo el paí­s, los abusos ocurridos en la semana a manos de las fuerzas de seguridad de la época y del movimiento de masas. 

La contundencia del mensaje del arzobispo en “los hechos de la semana”, se convirtió en fuente de información en cuanto pulso de la realidad de los derechos humanos en el paí­s divulgada por la emisora YSAX, y el semanario Orientación. Fue reconocida por la prensa internacional que daba crédito pleno a las fuentes de monseñor Romero, quien supo captar la atención de todos… la gente común, como los trabajadores, las amas de casa, los campesinos, los profesionales, y también las autoridades -los militares, el presidente, los polí­ticos…

La emisora sufrió 12 atentados dinamiteros a sus instalaciones y transmisores en los diez meses previos al asesinato del arzobispo; también hizo valer el derecho a disentir al fijar postura ante los actos en su contra.

“La Iglesia salvadoreña convertida en vos de los sin voz, confronta ahora una nueva modalidad de exclusión y marginalización del sistema. El bloqueo a sus transmisiones radiales por personas o grupos desconocidos, constituye una violación clara a la libertad de expresión del pensamiento consignada en nuestra Constitución Polí­tica, y una forma absurda de combatir la labor pastoral del Arzobispado de San Salvador.

Decimos absurda, además de ineficaz, por cuanto las ideas no se combaten con el silencio y el amedrentamiento, sino con otras ideas en el concierto de la pluralidad ideológica de la democracia y la tradición cultural que defienden las naciones más lúcidas del mundo.

Las interferencias que sufre pudieran mañana padecerlas otras emisoras, por razones polí­ticas e ideológicas, o por competencias comerciales desleales. De hecho, al irrespetar el derecho de YSAX de transmitir libremente sus mensajes, se está amenazando a toda la empresa radiodifusora del paí­s. Independientemente del modo de pensar de YSAX, importa defender el principio de libre emisión del pensamiento y el derecho a disentir.”

La voz de Monseñor Romero fue silenciada, en un acto que El Vaticano declaró fue cometido por odio a la fe. Pero su mensaje y pensamiento son vigentes, ahora desde la santidad.

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Carlos Domínguez
Carlos Domínguez
Periodista salvadoreño; defensor de los derechos humanos. Colaborador y columnista de ContraPunto
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