Por Alessia Genoves
Rusia y Estados Unidos son los países que representan a los líderes diplomáticos que se reunieron con El Salvador. Las primeras reuniones las celebró Milena Mayorga, la embajadora de El Salvador para los Estados Unidos, celebra su primera reunión con su homóloga estadounidense Katherine Dueholm, para concertar agendas temáticas afines al beneficio entre ambas naciones. De la misma forma que el presidente de la Asamblea Legislativa, Ernesto Castro, concertó una reunión con el embajador de Rusia para El Salvador, Alexander Khokholikov para, entre otras cosas, “profundizar la relación entre parlamentos”.
Las reuniones entre los representes de ambas potencias globales representarían el interés de beneficiar el desarrollo “económico y social” -en el concierto de las relaciones con Estados Unidos-; y el de fortalecer el “desarrollo progresivo de los contactos sectoriales” -tal y como lo comunicó la Embajada de Rusia en Nicaragua-. Ambos representaciones reiteraron su interés en beneficiar a ambas naciones, pese a que el contexto global que los define es el de conflicto, con consecuencias económicas y geopolíticas transcurridas tras el conflicto bélico endurecido entre Rusia y Ucrania; con intervención de la Organización Trans Atlántico Norte (Otan).
Estados Unidos
“Empleo y prosperidad para todos” serían el resultado de varios proyectos de inversión capitalizados la Embajada de Estados Unidos en El Salvador. Declaraciones como éstas han sido expresadas por Dueholm, en el curso de las agendas de negocios y comerciales de algunas empresas empresas estadounidenses instaladas en el país, particularmente del sector industrial.
Dueholm, como la nueva representante de EEUU, vendría a reiterar al de sus predecesores, la representante del Comando Azul de EEUU, Jean Manes; el representante la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Washington D.C, Patrick Ventrell; y el diplomático estadounidense Mathew Rees.
“Milena Mayorga y yo tenemos algo muy fuerte que nos une, el interés de que la diplomacia entre nuestros dos países beneficie a nuestros pueblos. Embajadora, fue un honor conversar contigo y poner en común las ideas y proyectos que nos unen”, expresó la Dueholm. Su opinión fue compartida con Mayorga, añadiendo la necesidad de establecer una “relación basada en el respeto y determinación de nuestras naciones hermanas”.
Controversias, sin embargo, se han suscitado entre ambos países, durante la administración del presidente salvadoreño Nayib Bukele. “No somos su patio trasero”, han sido algunas de las expresiones del jefe de Estado, al opinar que las sanciones de Washington no tendrían validez, al verse sustentadas por fuentes de la oposición. El periódico digital, El Faro, ha protagonizado la controversia con varias de sus divulgaciones, y ha sido arremetido con acusaciones de blanqueo de Capital.
Hasta la fecha, organizaciones de la Comunidad Internacional, incluida la Embajada de Estados Unidos en El Salvador, la Organización de Estados Americanos y la Unión Europea, se han pronunciado en contra de prácticas como la elección de Sala de lo Constitucional, por parte de los diputados de la Nueva Asamblea Legislativa. Es necesario añadir que las acusaciones que han sido negadas por la presidencia, alegando la prescripción de los cargos de los titulares anteriores.
Estados Unidos, sin embargo, no ha manifestado pronunciamientos contundentes contra El Salvador, tras la ejecución del Régimen de Excepción de Garantías Constitucionales. Sin embargo, anteriormente ha señalado a varios representantes del poder Ejecutivo y del Legislativo en la Lista Engel; entre ellos, el titular de la Dirección General de Centros Penales, Osiris Luna Meza; y al titular de la Dirección de Tejido Social, Carlos Marroquín. A ambos funcionarios se les ha acusado, con pruebas hemerográficas incluidas; no obstante, las acusaciones no se pueden confirmar en el sistema judicial, ya que no han sido sometidos ni vencidos en juicio.
Rusia
“Profundizar la relación entre parlamentos” fue una de las declaraciones conjuntas que el legislador Ernesto Castro manifestó, al término de su reunión con el embajador Khokhólikov. A ésta manifiesto, la Embajada de Rusia en Nicaragua añadiría que el concierto entre ambas naciones concluiría en que ambas “partes reafirmaron su compromiso con el desarrollo progresivo de los contactos sectoriales”.
Rusia y Estados Unidos serían dos de 67 socios comerciales estratégicos en la agenda de la presidencia y de la Asamblea Legislativa en El Salvador. Ésta posición la reiteró el presidente Nayib Bukele, desde el pasado 12 de marzo; y su propósito era el de establecer una “eliminación de aranceles tributarios”, para hacer posible flujo de importaciones desde el extranjero, por el contexto del conflicto entre Rusia y Ucrania, consecutivo de las sanciones de la OTAN. A éstas iniciativas también se decretó la eliminación de impuestos en más de 50 productos de la Canasta Básica.
Inflación, desabastecimiento en la cadena de suministros y estancamiento han sido algunas de las consecuencias globales, que han sido influenciadas por la confrontación entre Estados Unidos y Rusia. En el oriente europeo, las consecuencias más directas se traducen en la muerte de 22 mil personas, cuantificadas por el gobierno de Volodimir Zelenski; mientras que el Pentágono estima una cifra aproximada de hasta 80 mil soldados rusos que “están muertos o heridos”. Ésta última cifra sería inferior respecto al aproximado de 9 mil ucranianos muertos tras la guerra, según lo declaran las autoridades ucranianas.
La Federación Rusa no representa, sin embargo, un destino comercial tan alto como el de Estados Unidos; como sí lo es el primero para Nicaragua. De acuerdo con informes de la información oficiosa divulgada por el Registro Nacional de Personas Naturales (RNPN), Rusia ha sido el destino de al menos un salvadoreño, de entre los 6,720,321 hasta el pasado 31 de julio; mientras que la Diáspora en Estados Unidos representa una cantidad de 575,658 salvadoreños.
Pese a ello, Castro reiteró el interés de El Salvador por reforzar las relaciones comerciales con Rusia; sobretodo aquellos que constituyen “importantes aspectos de nuestra relación bilateral”.
