Mi querida amiga Julia Evelyn Martínez, en el artículo “Responsabilidad Fiscal y Neoliberalismo 2”, publicado en este mismo periódico digital sostiene: que el Fondo Monetario Internacional y los tanques de pensamiento afines, han desarrollado un nuevo instrumento de ajuste estructural denominado responsabilidad fiscal, que se promueve bajo el sugestivo nombre de transparencia fiscal; las leyes de responsabilidad fiscal imponen férreas reglas fiscales a los gobiernos, es decir, restricciones permanentes a la política fiscal, que se traducen en el cumplimiento obligatorio de indicadores de resultados fiscales, así como prohibiciones a los gobiernos para que no puedan realizar operaciones para enfrentar demandas urgentes en la gestión financiera; el incumplimiento de los indicadores fiscales y/o los procedimientos establecidos en las leyes de responsabilidad fiscal pueden dar lugar a delitos de responsabilidad fiscal por parte de funcionarios públicos, que implican sanciones de diversa índole, incluyendo la destitución; en apariencia, las leyes de responsabilidad fiscal se presentan como instrumentos bondadosos, que buscan transparentar la gestión financiera del Estado y tutelar los derechos de la ciudadanía; las leyes de responsabilidad fiscal han sido diseñadas como un seguro de rentabilidad para los tenedores de deuda pública, en la medida que se busca asegurar que los gobiernos que tienen deudas con bancos e inversionistas privados mantengan en sus presupuestos la liquidez necesaria para honrar puntualmente el pago del servicio de esta deuda a los acreedores; las leyes de responsabilidad fiscal pretenden “amputar” la política fiscal a los gobiernos, para que ésta no pueda ser usada como un medio de distribución de la riqueza ni como un medio para lograr objetivos nacionales que puedan poner en peligro los intereses del capital nacional y transnacional, arrebatándole al Estado, la única herramienta que todavía conserva y que podría eventualmente convertirse en un instrumento de construcción de una economía post-neoliberal; la ideología de la transparencia fiscal y las reglas de la responsabilidad fiscal representan una amenaza; las organizaciones sociales y laborales así como la intelectualidad de izquierda deben asumir con seriedad esta amenaza, profundizar en el análisis de estos temas y movilizarse para resistir a esta nueva embestida del neoliberalismo 2.0.
Estoy completamente de acuerdo con estos planteamientos, pero de eso no podemos colegir que un gobierno dirigido por la izquierda no debería tener una responsabilidad fiscal revolucionaria.
La responsabilidad revolucionaria incluye: hacer la revolución en beneficio de los trabajadores; luchar y practicar la unidad revolucionaria, la dignidad, la igualdad, la libertad, el humanismo y la justicia; emanciparnos por nuestros propios esfuerzos; desafiar fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; defender valores en los que creemos al precio de cualquier sacrificio; actuar con modestia, desinterés, altruismo, solidaridad, heroísmo, audacia, inteligencia y realismo; no mentir ni violar principios ético revolucionarios; estar convencido de la fuerza de la verdad y de las ideas.
Se hace la revolución en beneficio de los trabajadores mediante la lucha armada, política e ideológica, pero también teniendo responsabilidad revolucionaria en la administración de instituciones gubernamentales y no gubernamentales.
La responsabilidad revolucionaria en relación a la política fiscal gubernamental debe tener como objetivo utilizar los fondos públicos en beneficio de las mayorías de la población, invirtiendo productivamente para mejorar la producción de bienes y servicios; satisfaciendo necesidades sociales inmediatas y del futuro; financiando las actividades con impuestos y tasas; haciendo que el gasto público sea el mínimo necesario, manteniendo el equilibrio fiscal a largo plazo, es decir que se puede tener déficit fiscales en algunos años, pero compensarse con superávit en otros años; el endeudamiento debe ser responsable, es decir, que debe haber seguridad que se va a tener la capacidad para pagarlo.
Los gobiernos en mano de la izquierda no deben aprovecharse de las prebendas gubernamentales establecidos por gobiernos de derecha.