Se cuestiona la constitucionalidad de ciertas medidas adoptadas por el gobierno de Bukele y, en otros casos, se duda de la forma en que estas medidas se aplican. Los entendidos y las entendidas aducen que tienen la razón legal de su parte, al hacer estas críticas.
Me pregunto ¿Qué significa tener la razón en este momento? ¿El único criterio de razón es el legal o hay que acompañar a este criterio con otros y saber combinarlos en sus distintas especificidades y lógicas en el tiempo de una emergencia?
Les pondré un ejemplo: se ha descubierto en Madrid que los encargados de ciertas residencias de ancianos dejaron abandonados algunos cadáveres de gente mayor fallecida por causa del coronavirus. Habrá que esclarecer los hechos y quizás deducir responsabilidades de varios tipos, entre ellas las políticas. Le preguntaron a un dirigente que qué pensaba acerca de estas posibles responsabilidades y el tipo dijo que ya habría tiempo para esclarecerlas, pero que en este momento importaba más buscar soluciones que encontrar culpables.
¿Significa esto que la ley no importe en este momento? No, solo significa que en el tiempo de las urgencias prácticas el celo legal no debe estorbar a los equipos de gente que buscan soluciones contra reloj para enfrentar esta crisis. En ese sentido, el rigor legal mal enfocado puede llegar a mostrarse irracional en las circunstancias que ahora atravesamos en las que muchas de las decisiones gubernamentales se adoptan desde la necesidad y la urgencia sin darles a veces un buen fundamento jurídico, ni la coordinación más adecuada, ni los medios suficientes para aplicarlas. Hay que denunciar las arbitrariedades que prosperan con la aplicación urgente de las normas, hay que saber que la excepcionalidad del momento no justifica los excesos ni los delitos por parte de nadie, pero asumamos el tiempo que vivimos y tengamos una tolerancia legal bien entendida ante los fallos graves no deliberados, sabiendo que ya habrá tiempo, dentro de un mes o dos, para juzgar como es debido ciertas acciones gubernamentales y privadas.
Acabo de leer a uno de los grandes periodistas españoles y él duda de la constitucionalidad de ciertas medidas adoptadas por su gobierno para enfrentar la epidemia y supongo que como él mucha gente, entre ella los abogados constitucionalistas, tendrá sus dudas y reparos al respecto, pero los manifiestan en voz baja porque saben que este no es el momento de buscar culpables sino que de buscar soluciones.