El presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, agradeció este lunes en nombre del país al papa Francisco por la canonización como santo del asesinado obispo Óscar Arnulfo Romero, oficializada el domingo pasado en el Vaticano.
En su mensaje, el mandatario expresa que la canonización "nos une como pueblo que cree en la dignidad humana, en la fraternidad y fortalece las relaciones bilaterales con El Vaticano establecidas desde 1922".
Sánchez Cerén y la primera dama, Margarita Villalta, participaron este lunes en una misa especial de acción de gracias en honor a Romero.
"Nuestro brazo se ha reforzado con otros sucesos previos a la canonización, como el nombramiento de monseñor Gregorio Rosa Chávez como cardenal, y la buena nueva de admisión de la causa de beatificación del padre Rutilio Grande", dijo Sánchez Cerén en su mensaje.
Finalmente, el presidente también reiteró el deseo de los salvadoreños de que el papa Francisco visite pronto la "tierra de este nuevo santo".
Romero fue asesinado el 24 de marzo de 1980 por escuadrones de la muerte de ultraderecha cuando ofrecía una misa en la capilla de un hospital, donde el ahora primer santo salvadoreño también residía en una pequeña habitación.
El sacerdote jesuita Rutilio Grande fue el primer religioso asesinado por militares en marzo de 1977, junto a dos colaboradores laicos. El asesinato de Grande provocó una dura protesta de Romero contra la dictadura militar del entonces general Carlos Humberto Romero.