En la medida en que las reformas como instrumentos de transformaciones estructurales sienten las bases, el sistema político injusto irá desapareciendo, es un proceso, que puede durar de acuerdo con las características objetivas y subjetivas de cada país. La justicia no se da por decreto, ni porque un partido político exprese que es democrático y revolucionario, lo que cuenta son los hechos encaminados a construir un sistema político justo.
El centralismo democrático de los partidos antiguamente revolucionarios o autodenominados comunistas fue un rotundo fracaso; porque la democracia se edifica desde la base y no desde la cúpula, es decir, con la participación plena, activa y efectiva de la población. El involucramiento directo de los ciudadanos es el adhesivo social que crea pertenencia y empoderamiento del proceso, y sobre todo el disfrute de los beneficios. Un sistema político equitativo es la construcción de un Estado que esté edificado sobre una base económica justa.
En la democracia de nuevo tipo, los meta relatos están agotados, las ideologías tradicionales son parte del pasado, hoy el sistema político y el modelo económico se fundamentan en la ética, la moral y lo axiológico se convierten en ejes transversales. Los valores han cambiado en la historia, por ejemplo en los siglos XVIII – XIX, la libertad, igualdad y fraternidad, fueron las consignas y lemas sobre los que se sustentaron guerras de independencias, liberación y revoluciones. En el siglo XX, los valores fueron la libertad, dignidad, paz y justicia, se convirtieron en las consignas de las organizaciones de guerrilleros en los diversos continentes del mundo.
La sociedad justa contiene tres dimensiones la económica, social y política.
Económico:
Los ciudadanos son desiguales, el Estado debe tratar de disminuir esa brecha, al beneficiar con políticas públicas, gobernanzas, planes y programas de desarrollo a los sectores productivos de menores ingresos económicos; hacer una reforma tributaria justa y equitativa de acuerdo a las posesiones y a los ingresos percibidos en el país, como de las inversiones que nacionales tengan en el extranjero; mejorar los salarios de acuerdo con el costo de la canasta básica; regulación de las empresas trasnacionales, con el propósito de que los productos y servicios sean de calidad y no cometan robos encubiertos con cualquier tipo de excusa; recuperación y protección de los recursos naturales en especial las reservas forestales, agua, electricidad y la minería, etc.
Social:
Educación gratuita y de alto nivel, que responda a los objetivos de desarrollo social y crecimiento económico, para formar los futuros ciudadanos con el perfil de la nueva sociedad, conocedores de la historia y de la realidad nacional; el sistema de salud de buena calidad, único y universal; acceso a los servicios de agua y luz; vivienda digna; igualdad ante la ley; justicia pronta y cumplida; seguridad ciudadana; protección de sitios históricos; rehabilitación cultural, etc.
Político:
Despartidización del Tribunal Supremo Electoral, los magistrados no serán miembros de ningún partido político; elecciones primarias al interior de los partidos para elegir a candidatos de elección popular; modernización del manual interno de la Asamblea Legislativa, en donde queden establecidos los puestos y cargos en la junta directiva, de acuerdo con los porcentajes obtenidos en las elecciones; plebiscito, referéndum y revocatoria de los funcionarios elegidos a través del sufragio, etc.
Lo económico, lo social y lo político son atravesados por los valores de la justicia y de la probidad, para lograr una sociedad con armonía, que de paso a desarrollar la solidaridad, y obtener crecimiento económico y desarrollo social con cierta igualdad, será en la medida que se achican las diferencias sociales, económicas y políticas.
Los valores jugaron un papel secundario, instrumental, propagandístico y hasta de marketing político, es decir, los utilizaron para decorar las ideologías reaccionarias, conservadoras, progresistas y revolucionarias. En nombre de lo axiológico hicieron guerras, en varios casos triunfaron, y cuando algunas revoluciones, golpes de Estado y negociaciones que pusieron fin a las guerras, accedieron al poder, predominó el anti valor.
El sistema político y el modelo económico lo determina lo axiológico y antológico, lo epistemológico resultará de la ejecución o puesta en práctica de los valores con la realidad, en otras palabras, lo determinante será la objetivación o concreción, porque creará resultados materiales e intangibles, que serán percibidos por la ciudadanía en la solución de los problemas existenciales y en la satisfacción de sus necesidades. En conclusión es la materialización del discurso, de lo dicho al hecho, por ejemplo, “El dinero alcanza cuando nadie roba”.