viernes, 26 abril 2024

Más de 100 artistas y académicos se unen en defensa de Tacushcalco

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Dos empresas han destruido la estructura de este sitio arqueológico considerado como sagrado.

Alrededor de 150 artistas y académicos han unido fuerzas para pronunciarse en contra del daño que una empresa constructora y una empresa azucara han cometido con contra del sitio arqueológico Tacushcalco, ubicado en Nahulingo, Sonsonate.

La problemática radica en que las 500 manzanas en la cuales se calcula que está construido Tacushcalco y las cuales son un Bien Cultural por un acuerdo ejecutivo de 1997, se encuentran enclavadas en una área privada donde se hace la siembra caña de azucara a nivel industrial.

Pero durante 40 años los intereses nacionales y privados no habían chocado, ya que la persona que compró esa área no ocupó los cuatro montículos donde se encontraba preservado el sitio sagrado.

Por lo tanto, semanas atrás una “cañera” rompió la una restricción de sembrar este producto  en los cuatro montículos, ya que la empresa introdujo maquinaria agrícola, que tiene ganchos que penetran la tierra a una profundidad de 50 a 75 centímetros, lo que acabó con el centro ceremonial.

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El proceso agrícola destruyó una plataforma alargada del sector 6 que está compuesta por piedras de canto rodado y también sufrieron daños el sector 8, 11 y 12. Además, destacaron que pese a la poca investigación de la construcción ancestral era pipil.

Estos trabajos en el campo no solo han destruido el centro, sino que se ha impedido obtener más conocimientos de la cultura prehispánica de hacer 3 mil años atrás.

Asimismo, organizaciones sociales han denunciado desde 2018, anomalías del proyecto urbanístico “Acropoli-Sonsonate” impulsado por inmobiliaria Fenix SA de CV (ligada a Salazar Romero) en el municipio de Nahulingo que ha destruido una parte del sitio Tacushcalco y que amenaza ecosistemas hídricos del río Ceniza y derechos culturales -ambientales no solamente de la población de Nahulingo y Sonsonate sino de toda la población salvadoreña.

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Ante estas acciones de denuncia, el Ministerio de Cultura encabezado por Suecy Callejas, habría actuado al interponer un aviso en el Juzgado Ambiental de Santa Ana y ante la Fiscalía General de la República (FGR), por la destrucción de la estructura prehispánica.

Sin embargo, artistas y activistas no se encuentran satisfechos del tibio actuar de la cartera de Estado, por la forma permisiva en la que está actuando.

Los intelectuales informaron que esta estructura perteneció a la “zona nuclear” de las cabezas de jaguar, región de ciudades-estado cuyos monumentos en piedra son testimonio de un sofisticado sistema de gobierno que empleó cómputos del tiempo, desarrolló un sistema propio de escritura y aportó innovaciones destacadas en organización política, económica y cultural al mundo maya. El nombre con el que lo conocemos actualmente proviene del náhuat,  que significa: Casa de Flechas o Casa de Armas.

“Este importante sitio con valor sagrado, histórico, arqueológico y patrimonial, aparece reportado en las cartas de relación de Pedro de Alvarado y en el Lienzo de Tlaxcala, como un sitio que prestó resistencia a la invasión española”, indicaron en un comunicado los manifestantes.

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Nota de la Redacción de Diario Digital ContraPunto
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