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Los intereses de la actual Casablanca, ¿son legítimos?

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Por Ernesto Panamá

¿Qué motivó a George Bush a invadir Afganistán, y a Hussein Obama a mantener la invasión causando tantas muertes y desestabilización?

Analicemos, George Bush es socio de petroleros saudíes. El mantener al Oriente Medio desestabilizado coadyuva al alza de los precios del petróleo, (más ganancias). Otro motivo sería garantizar la producción por 20 años al reducido grupo de la industria armamentista asegurando, además el financiamiento a cam-pañas de republicanos y demócratas quienes aprueban se mantenga el despilfarro y la muerte de millones de personas. (ganar, ganar).

Más de un trillón de dólares gastó los Estados Unidos en 20 años destruyendo Afganistán.

Así se resumen las muertes causadas: 2.500 soldados y 4.000 contratistas norteamericanos, 1.500 alia-dos y miembros de la OTAN. 66.000 miembros del ejército y policía afgana, 47.000 civiles, 51.000 talibanes y otros grupos, 450 asistentes y 72 periodistas.

En el 2018 el presidente Donald Trump expone lo inútil de este gasto y anuncia el retiro de tropas. Esto desagrada a quiénes viven de la guerra y la muerte.

2021 Biden retira las tropas, entregando a los Talibanes a Afganistán. Es sus propias palabras confiesa que el objetivo de invadir Afganistán fue prever ataques terroristas. ¿Casi 200.000 muertos para evitar “ataques terroristas”? Hipócritamente pretende ocultar las multimillonarias ganancias de fabricantes de armas, petroleros y corruptos funcionarios.

Te preguntarás ¿quién financió el envío, permanencia, equipamiento y alimentación de las tropas por veinte años? Los contribuyentes norteamericanos, y su dinero enriqueció al 1 %, mientras sus hijos morían y ellos sumaban deuda.

¿Hasta cuándo el pueblo norte americano y al resto del mundo, permitirán se les continue engañando?

“América para los americanos”, fue el dogma que nos hizo creer que éramos incapaces de prosperar sin los norteamericanos, resultó que ellos se enriquecieron y nosotros nos empobrecimos. Por segunda vez en la historia El Salvador vive en el 2021 el distanciamiento del gobierno norteamericano, el primero ocu-rrió en 1932. Claro, nuestra ignorancia es enorme en cuanto a temas monetarios, económicos y se nos convenció de seguir el derrotero mandado por los Estados Unidos, esto nos mantuvo miserables por dos-cientos años. Aprendimos, amistad sí, injerencia NO.

Nuestra situación no es sencilla, acontecimientos externos como el fortalecimiento de la Federación Rusa y China, ayudan a sobrellevar la situación, esto aunado a medidas visionarias de un presidente quién aprueba el uso de la moneda digital. Pero la intrusión en contra de nuestra democrácia persiste, Jane Manes intenta deslegitimar nuestra democracia sobornando diputados, muestra de que el gobierno Biden se pasa por el c… la democracia salvadoreña.

El universo es perfecto, y quién lo creó nos proveyó de “consciencia”, facultad aún no totalmente com-prendida que no puede ser sometida a la propaganda, la experiencia es quién moldea la consciencia y permite diferenciar entre engaño y verdad. La toma de consciencia aclaró nuestras mentes, dejamos de pelear entre hermanos y unidos escogimos un nuevo rumbo por primera vez en doscientos años en el 2019 reafirmando la disposición en el 2021, ahora ”creemos en nosotros y unidos democráticamente de-cidimos cambiar el rumbo”.

Recuperar lo que por doscientos años se nos ha privado no será fácil, pero tomará menos tiempo ahora que nuestra juventud no va a aprender a leer, si no a utilizar computadoras, pienso que lo que antes podía tomar 20 años ahora puede tomarnos 5.

Ahora bien, compatriotas, esta lucha no se da únicamente en El Salvador, en donde el 1 % desea volver el poder para escucharnos decir “bee”, cabizbajos y acatando sus órdenes.

Ellos tienen los dólares y no pagan intereses para recibir créditos, poseen influencias, medios de difusión y asalariados que mienten para que sus amos vuelvan a tomar el control.

Ante este poder, nuestra arma es la democracia, estar informados reforzando la consciencia, pues ellos con su dinero repetirán la mentira esperanzados en que las creamos. Y esto no sucederá, si somos perso-nas informadas.

En este mundo todos podemos convivir, progresar y lograr el desarrollo, respetando normas y leyes, pero en este marco no tienen cabida la explotación del hombre por el hombre, ni la intervención extranjera.

Del progreso se afana en seguir.

Ernesto Panamá es Escritor

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Ernesto Panamá
Ernesto Panamá
Columnista de ContraPunto, Escritor salvadoreño; Máster en Edición, con 13 obras publicadas

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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