Los bancos que operan en España tenían una plantilla de 92,976 empleados a 31 de diciembre de 2017 tras prescindir de 1,522, un recorte muy inferior a los casi 2,500 trabajadores que perdieron su puesto el año anterior, según el anuario estadístico de 2017 publicado hoy por la patronal Asociación Española de Banca (AEB).
Al tiempo que reducía su plantilla, el sector siguió recortando su red de oficinas, hasta dejarlas en 10,836 una cifra que es inferior en 1,404 sucursales a la del año anterior y que es también la más baja desde 1978.
Estas cifras, que no incluyen las de los bancos creados por las antiguas cajas de ahorros, también muestran que Barcelona se mantuvo como la provincia española más bancarizada, con 1,582 sucursales, aunque las redujo en 164 frente a las 1,746 que había en 2016.
A continuación se situó Madrid, con 1,551 oficinas (1,689 en 2016), y a mucha distancia, Alicante, con 510 sucursales (575).
La plantilla total del sector se situó a cierre de 2017 en 95,510 empleados frente a los 97,085 del año precedente, una cifra compuesta, además de por los citados 92,976 que trabajan en España, por los 2,534 destinados en el extranjero, que el año anterior eran 2,587.
La plantilla en España incluye a los trabajadores de las oficinas y a los de los servicios centrales, tanto de sucursales nacionales como extranjeras.
Por sexos, a 31 de diciembre de 2017 un total de 48.188 empleados eran hombres (49,373 en 2016) y 44,788 eran mujeres (45,125).
El sector financiero español cerró 2017 con 129 entidades, una menos que el año anterior, según estos datos, que añaden que estas entidades disponían de un total de 16,016 cajeros automáticos 903 menos que los 16,919 que había el año precedente.
Asimismo, los bancos tenían un total de 5,233 millones de accionistas a cierre del pasado ejercicio, frente a los 5,508 millones que tenían al final del año anterior.