El Ministro de Agricultura, Orestes Ortez, indicó este martes que hay buenas expectativas en torno a la producción de granos básicos como el café, fríjol y maíz, después de dos años difíciles por el impacto del fenómeno del niño y la sequía.
Sobre el cultivo de café, el funcionario indicó que se espera que se registre un crecimiento del 10.8% con relación a la cosecha del año anterior, y se estima que hayan alrededor de 150 mil quintales. Uno de los factores que beneficiará a este sector es que el precio del café ha tenido un incremento de entre $30 y $40 por quintal.
Ortez señaló que durante la cosecha 2015 – 2016, el 77% del producto fue comercializado como café especial por su calidad, entre ellas las variedades Pacas, Pacamara y Bourbon.
“Esperamos que el fenómeno de la niña no de sorpresas en el mes de noviembre porque es cuando empieza a desplegarse la maduración en la baja y media altura”¦ hay buen expectativa hasta el momento después de dos años de sequía”, acotó.
Por otro lado, en la producción del maíz se proyecta que el país produzca 20 millones de quintales. Ortez aseguró que al cierre de este 2016 se espera una “cosecha extraordinaria”.
El frijol, según el titular ha presentado un excelente desempeño, sin embargo, algunas zonas como Texistepeque y Metapan han registrado dificultades por los niveles de aridez. Se calcula que se produzcan 2.6 millones de quintales de frijol.
En cuanto al arroz, los productores han logrado hacer hasta más de dos cosechas como producto de los niveles de lluvia registrados en las zonas arroceras.
Pese a los buenos augurios, un reciente estudio de la Organización Internacional del Café (OIC), indica que El Salvador es uno de los países productores donde el cultivo y la exportación de café ha perdido su capacidad para ser sostenible en el largo plazo, la crisis que estalló en 2012 con la infestación de roya, ha desembocado en un panorama complejo para productores.
“Hay una preocupación generalizada en el sector cafetero de que una fase prolongada de precios bajos del café podría afectar negativamente a la oferta de grano de café de alta calidad y tener efectos perjudiciales en los ingresos de las familias de las comunidades caficultoras”, dice el informe “Evaluación de la sostenibilidad económica de la producción de café”.
