Wall Street concluyó este viernes la peor semana para el Dow Jones de Industriales en casi dos años, y con gran incertidumbre ante un previsible incremento de las tasas de interés en los próximos meses. Este indicador cedió un 4.1 % en total durante la semana. El S&P 500 se redujo un 3.9 % -su mayor caída desde enero de 2016- y el Nasdaq tuvo un recorte del 3.5 %, el más pronunciado desde febrero del 2016.
El Dow Jones perdió 665.75 puntos este viernes, un resultado que no había registrado desde el 24 de junio de 2016, cuando el principal indicador del parqué neoyorquino restó 611.21 unidades tras la victoria del "brexit" en el Reino Unido.
Por su parte, el selectivo S&P 500 retrocedió un 2.12 % y el índice compuesto del mercado Nasdaq perdió un 1.96 % en la sesión.
Las noticias sobre la creación de 200,000 nuevos empleos en enero y de que la tasa de desempleo se mantuvo en un 4.1 %, indicios de que la economía se mantiene sólida, dispararon en cambio los temores en Wall Street de una intervención mayor a la esperada para este año de la Reserva Federal (Fed) para mantener la inflación bajo control.
Hasta ahora se anticipaban tres subidas de las tasas de referencia durante 2018, pero los datos de empleo y de un crecimiento del 9 % del salario promedio por hora, el porcentaje más alto desde junio de 2009, elevaron las posibilidades de una cuarta decisión de la Fed.
En la última sesión de la semana se disparó además el rendimiento de los bonos del Tesoro a diez años, que se situó en torno a 2.8 %, cifra no vista desde hace cuatro años, lo que atizó aún más el temor de los inversores de que se incremente el costo del endeudamiento.
Los bonos del Tesoro a diez años sirven de referencia para diversos tipos de préstamos, entre ellos las hipotecas.
Pero también los resultados de las gigantes petroleras ExxonMobil y Chevron restaron ánimo a la jornada y lastraron el desempeño del sector energético, que concluyó con una baja del 2.85 %.
