La “vieja” y la “nueva” política unidas ante la OTRA política
El crecimiento vertiginoso de CODECA, por medio de un asambleísmo popular que construye poderes locales, conciencia de clase, representatividad política y confianza en las propias fuerzas, dio origen al MLP como instrumento político de los pueblos de Guatemala. Esto, con la finalidad de impulsar un proceso de Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional que deje atrás las reformas constitucionales de corte liberal y revolucione las formas paternalistas de representación política de los pueblos, superando todo tipo de “modelos de inclusión de pueblos originarios”, diseñados desde el poder liberal-oligárquico. CODECA representa a todos los pueblos ─originarios o no─ de este país y los moviliza según sus necesidades de lucha, creando a menudo con su accionar situaciones de a-legalidad que tendrán que ser legisladas por una Constitución originaria, producto del proceso en marcha de Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional.
Del MLP suele decirse que carece de experiencia política, que tiene candidatos desconocidos, que su gente escribe con faltas de ortografía, que se le infiltrarán mafias en sus filas y que su propaganda es desigual en su calidad y efectividad. Mucho de esto puede ser cierto. Pero es algo del todo normal cuando se trata del acceso del pueblo al poder, pues la experiencia se adquiere actuando. Para el pueblo no hay otra forma de ser que la de hacer. Por ello, estos reproches expresan todo aquello que el partido está superando en la práctica, instituyendo con ello no una “vieja” ni mucho menos una “nueva” política, sino OTRA política. Una política con independencia financiera del neoliberalismo, la oligarquía y el crimen organizado. Una política basada en una moral ancestral que privilegia al ser humano por encima de la mercancía y que promueve la libertad y la creatividad por encima del lucro. Una política que representa a los pueblos porque su instrumento político nació de los pueblos en procesos asamblearios libres. Y esto es inédito, diferente, OTRO.
Es OTRO porque, además, estas elecciones no son más que una pugna de la derecha contra la derecha. Es decir, de la ultraderecha arzuista contra la derecha moderada dionisista, la cual incluye a las ex-izquierdas locales, tanto las socialdemócratas como las expresiones ex-radicales, ex-rojas, ex-revolucionarias. De modo que da lo mismo si queda Zury Ríos o Thelma Aldana, porque ambas sirven a la restauración oligárquica que apoyan grupos republicanos y demócratas de Estados Unidos y que, aquí, implicará un pacto intraoligárquico entre dionisistas y arzuistas para que la derecha moderada o izquierda rosa pueda “gobernar” con bandera progre, poniendo a Guatemala como “ejemplo” a seguir ante la dignidad y la entereza de Venezuela. Por eso, sólo el MLP es OTRA cosa.