El Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (OIRSA) emitió una alerta regional en la que instó a sus Estados miembros ““México, Centroamérica y República Dominicana”“ a intensificar sus medidas de bioseguridad e inspecciones de productos y subproductos de origen vegetal en puertos, aeropuertos y fronteras, para prevenir la diseminación de la marchitez de las musáceas (plátanos y bananos), lo que provocaría innumerables pérdidas económicas en la industria bananera regional.
La marchitez de las musáceas o marchitez por fusarium raza 4 tropical (Foc R4T) es una enfermedad que ha devastado a la industria en varios países de Asia y África, con pérdidas millonarias y fuertes impactos al ambiente y al sector exportador. Esta enfermedad es originaria de Asia, desde donde se ha extendido a países como Taiwán, Malasia, Indonesia, Filipinas, China Continental, Papúa Nueva Guinea, Omán, Jordania, Mozambique, Pakistán, Australia, Laos, Vietnam, India, Israel y Myanmar.
Actualmente se sospecha de su presencia en Colombia, donde ya se ha declarado en cuarentena a la finca Don Marce, ubicada en el municipio de Riohacha, departamento de La Guajira, por la presencia de síntomas asociados a la plaga. Ante esto, el OIRSA alerta a los países de la región y ha recomendado acciones de implementación inmediata en los puntos de entrada de cada país. Entre ellos está colocar, en aeropuertos internacionales, tapetes sanitarios en cada puerta de salida de pasajeros de las aeronaves. Los tapetes deben estar impregnados con solución desinfectante, y ubicar, inmediatamente después, un tapete seco donde los pasajeros puedan secarse la parte inferior del calzado.
Además, establecer procedimientos de inspección de paquetería y correos, tratando la inspección del 100% de los envíos procedentes de países donde se encuentre la enfermedad. Lo mismo procede para los equipos de rayos “X” para la inspección no intrusiva de equipaje y carga, donde se recomienda prestar especial atención a productos y subproductos de musáceas. Otras medidas son establecer perfiles de riesgo para la inspección selectiva de pasajeros internacionales procedente de países donde esté presente la enfermedad y establecer de inmediato un programa de comunicación en puertos, aeropuertos y fronteras terrestres, invitando al viajero y transportistas a no ingresar productos y subproductos de musáceas a la región.
En América Latina, la afectación por la marchitez del banano tendría consecuencias devastadoras tanto económicas como en términos de seguridad alimentaria. En México, Centroamérica y República Dominicana hay cerca de 300,000 hectáreas sembradas de banano y plátano, una de las más grandes del mundo. En países como Costa Rica, el 1% del territorio está sembrado con banano (cerca de 45 mil hectáreas) y se exportan mil millones de dólares al año. La raza 1 de esta enfermedad causó una epidemia que impactó la industria de exportación bananera de América basada en la variedad Gros Michel y provocó la desaparición de la mayoría de las plantaciones comerciales en la década de los años 50 y 60, con un impacto económico (solo estimado para las compañías exportadoras) de US $2,300 millones.