El reciente paquete de bonos del Ejecutivo, más un préstamo con el BID, van a completar las necesidades de recurso que estaban previstas desde inicios de año, pero que no tenían una fuente de dinero con fondos nacionales.
El viceministro de Hacienda, Óscar Anaya, explicó que con los US$497 millones que han afianzado en estas semanas resolverán los pendientes del presupuesto 2019.
Según el funcionario, en aproximadamente un mes comenzarán los desembolsos del préstamo que otorgó el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y que los diputados ratificaron. A esta cantidad se sumarán los US$297 millones del paquete de bonos que se colocó entre inversionistas internacionales el 30 de julio.
Este paquete de bonos fue por US$1,097 millones, pero de esa cantidad, US$800 millones son para cancelar una deuda anterior, también de bonos, que vence en septiembre de este año. Por tanto, solo se sustituirá un compromiso por otro y no es deuda nueva.
Uno de los gastos pendientes corresponde al financiamiento para el Plan Desarrollo Territorial, en su fase II, Oportunidad. Esta fase, de acuerdo a los cálculos del Gobierno, requería US$91 millones. De manera extraoficial, se supo que Hacienda está usando fondos del presupuesto para financiar esta segunda fase. Sin embargo, todavía están trabajando en lograr que el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) apruebe un préstamo por esa misma cantidad.
Siguiente paso: grado de inversión
Esta reciente emisión de bonos cerró con una tasa de 7.1246 %, para un plazo de 30 años. Es la menor tasa que han logrado los bonos salvadoreños para ese plazo de vencimiento.
Según Anaya, esto ha tenido un efecto en el rendimiento general de los bonos del Estado salvadoreño en el mercado de inversionistas. Es decir, ese 7 % empujó hacia abajo la “curva de rendimiento” de la deuda del país, un mensaje que indica que la posición del país ha mejorado respecto de sus pares y también en comparación con el año pasado.
“Ahora lo que queda es trabajar con las calificadoras de riesgo, para mejorar el grado de inversión”, comentó Anaya. Es decir, ahora se enfocarán en que El Salvador limpie su imagen ante las agencias calificadoras, que se encargan de comunicar a los inversionistas sobre la calidad de la deuda del país y a qué deben atenerse si se deciden a tomarla. Entre las agencias que son más conocidas y proveen informes del país están Fitch Ratings, Moody”™s y Standard & Poor”™s. Por ahora, El Salvador se encuentra un grado abajo del de inversión, en las categorías llamadas “B”. En términos sencillos, esto significa que las agencias consideran que la deuda salvadoreña tiene un mayor nivel de riesgo en comparación con otras naciones que también emiten deuda y que tienen condiciones económicas similares a las de El Salvador.
En temas relacionados, Anaya también adelantó que el Ministerio de Hacienda presentará el plan fiscal para el quinquenio en agosto. El presupuesto del 2020 se presentará como áreas de gestión, con la meta de que en 2021 se presente según resultados, tal como se había estado planteando desde 2018. La diferencia en la manera de organizar el plan de gastos de esta manera es que el dinero no se asignará de manera automática, sino, con objetivos trazados y según el desempeño.