viernes, 31 enero 2025
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Es el turno de las Mayorías para gestar el cambio

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"La ratificación de la reforma al artículo 248 de la Constitución es una buena noticia para el interés de las mayorías": Francisco Martínez.

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Por Francisco Martínez.

La ratificación de la reforma al artículo 248 de la Constitución (relativo al proceso de reforma constitucional) aprobada el pasado 29 de enero por 57 de los 60 diputados electos, es una buena noticia para el interés de las mayorías, ya que, se puede en esta legislatura (1 de mayo 2024 a 30 de abril 2027) y sólo con el voto de las tres cuartas partes de los diputados electos (45 de 60) aprobar las reformas respectivas que adapten la Constitución (vigente desde 1983) a los nuevos tiempos, a la evolución de los derechos humanos, y, a las aspiraciones de las nuevas generaciones; para así, poder crear un nuevo y moderno contrato social, como base de un Estado de Bienestar.

En ningún caso serán objeto de reforma, los siguientes artículos constitucionales: 84 (relativo al territorio de la República), 85 (relativo a la forma y sistema de gobierno) y 88 (relativo a la alternabilidad en el ejercicio de la presidencia de la República). Con esta reforma, puede cumplirse la máxima de que cada generación tiene derecho a definir sus reglas, ya que no están obligadas a seguir per se, lo dispuesto por las anteriores. Se trata de una decisión política que impactará en el destino colectivo de los salvadoreños.

Está claro el porqué de la virulenta respuesta de los defensores del ancien régime, desde los progre-conservadores, los conservadores y los defensores del Estado pro-oligarca, quienes a toda prisa, se han lanzado en una cruzada en defensa de la constitución de 1983; si, su llamado es a defender la Constitución contrainsurgente del Mayor Roberto d’Aubuisson, diciendo que la reforma es el fin del Estado de Derecho, lanzando falacias, como que, con la reforma el ciudadano queda expuesto a la arbitrariedad de una dictadura; y, reiterando la muletilla de que la reforma es sólo para la perpetuación de Bukele en la Presidencia[1].

Sobre la primera objeción, hay que señalar que la reforma ratificada al artículo 248 se ha hecho según la disposición constitucional que estaba vigente, fue presentado por más 10 diputados, y luego la reforma se aprobó con más votos que la mayoría simple requerida (D. O. N° 79, Tomo N° 443, Fecha: 29 de abril de 2024); y, se ha ratificado, por la siguiente legislatura y por muchísimos más votos que la mayoría calificada requerida (57 de 60 diputados). La decisión, es por tanto conforme a derecho (en fondo y forma) y, es legítima porque es la expresión de una super mayoría de representantes delegados por el voto popular.

El procedimiento aprobado para decretar una reforma a la Constitución tendrá siempre un primer paso: que la Asamblea Legislativa apruebe la iniciativa correspondiente, con el voto de la mitad más uno de los Diputados electos. Y, un segundo paso, de ratificación, hoy con dos alternativas: 1) para que tal reforma pueda decretarse deberá ser ratificada en la siguiente Asamblea Legislativa con dos tercios de sus Diputados electos; o, 2) ser ratificada por la misma Asamblea Legislativa con el voto de las tres cuartas partes de los Diputados electos. Esto no es exprés, es un nuevo procedimiento de reforma constitucional. Que requiere: correlación de fuerza, propia o en alianzas.

La reforma ratificada del artículo 248 debe ser convertida en la ventana al futuro para forjar las normas para una sociedad prospera, en justicia social y cohesionada, es la oportunidad para hacer realidad de vida lo que plantea el actual artículo 1: El Salvador reconoce a la persona humana como el origen y el fin de la actividad del Estado y que, en consecuencia, es su obligación asegurar a los habitantes, el goce de la libertad, la salud, la cultura, el bienestar económico y la justicia social.

En un artículo que publiqué en noviembre 2020[2], exponía que “es preciso asumir de forma crítica, responsable y visionaria que el tipo de gobierno que nos legaron en la constitución de 1983 ya no responde a la demanda de desarrollo, progreso, bienestar, convivencia, felicidad y dignidad en que los ciudadanos debemos coexistir; por lo que, se vuelve impostergable un nuevo pacto social que responda a las expectativas e intereses de las presentes y futuras generaciones”.

Deberían estar más preocupados por la reforma, los oligarcas y las elites que han detentado el poder y gozado la riqueza nacional, y, por el contrario, deberían estar estimulados y provocados a la acción por el cambio los sectores populares y sus dirigentes sociales, porque ahora es cuando los temas de la gente pueden ponerse en el centro de la discusión, y poner el poder delegado al presidente y a los diputados para que en 2025 se aprueben las reformas para una nueva constitución que reflejen el nuevo pacto social de los salvadoreños, y establezcan las reglas democráticas y la institucionalidad del nuevo Estado al servicio de la gente.

Por eso, la reforma hecha no debe limitarse a acción reactiva, esta estratégica acción no debe ser solo para quitar la deuda política, la reforma ratificada debe aprovecharse para la refundación de la nación y quitar los privilegios de los pocos y asegurar el beneficio para los muchos. Un buen inicio para ir al cambio constitucional y dar paso a un nuevo Estado sería retomar lo pertinente de la propuesta de reformas constitucionales elaborada por el equipo Ad Hoc y presentada al Presidente Bukele por el Vicepresidente Félix Ulloa hijo,[3] el 15 de septiembre de 2021.

De la respuesta social dependerá el alcance y profundidad de esta reforma, los conservadores pro-oligarcas saben que sus intereses están en juego y por eso sabotearán su avance, buscarán confundir, chantajear y oscurecer la discusión y el camino.

Estamos ante un momento irrepetible de nuestra historia para completar la gesta por la revolución democrática, esto sería el corolario del sueño emancipador de miles de luchadores sociales que ofrendaron su vida y su futuro por esta noble causa. Las elecciones legislativas (y municipales) de 2027 tendrán esta antesala de reformas fundamentales o de esperanzas truncadas. Para las mayorías de salvadoreños, mujeres y hombres, esta es la oportunidad, hoy es el turno del ofendido, hagamos que la mayoría valga.


[1] Él dijo en entrevista a la revista Time (24-08-2024) “Yo no puedo correr para presidente de nuevo de acuerdo a la Constitución por la prohibición del artículo 152. Además, tenemos un acuerdo con mi esposa de que esta es la última.” https://time.com/7015751/entrevista-presidente-nayib-bukele/

[2] https://www.contrapunto.com.sv/desmitificando-la-reforma-constitucional/

[3] https://www.presidencia.gob.sv/wp-content/uploads/2021/09/PROYECTO-REFORMA-CONSTITUCIONAL-FINAL.pdf

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Francisco Martínez
Francisco Martínez
Columnista y analista de ContraPunto. Consultor en temas sociolaborales, exdirigente sindical y exmilitante insurgente. Con experiencia en capacitación y organización popular, formación en finanzas corporativas y gestión de recursos humanos.

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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