¿Qué hacen? Nadie lo sabe. Quizás ni ellos mismos, ni sus gobiernos y menos la población de sus respectivos países. Las funciones y resultados de los diputados del Parlamento Centroamericano (PARLACEN), han sido -son- lamentable incógnita difícil de despejar.
Creado el 28 de octubre de 1991, con sede en Guatemala, actualmente lo integran 120 diputados nacionales de sus estados miembros (20 por cada país: Guatemala, Honduras, Nicaragua, El Salvador, Panamá y República Dominicana); Costa Rica se retiró desde hace varios años, aduciendo inoperancia…
Los diputados del PARLACEN son electos para el mismo período de elección de cada gobierno. Además, “lo integran, los Presidentes y los Vicepresidentes o Designados a la Presidencia de la República de cada uno de los Estados Centroamericanos, al concluir su mandato, por el período que determina la Constitución de cada país”.
En cuanto a la razón de su creación, según acuerdo de los países miembros de los años 80, “el PARLACEN es el órgano regional y permanente de representación política y democrática del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), y su principal objetivo es contribuir a realizar la integración centroamericana”.
Y es aquí donde surge la interrogante del ciudadano regional, amante de la integración centroamericana. Si existe el PARLACEN, y si ese es su objetivo principal, ¿dónde está una prueba tangible de siquiera un intento de realizar esa integración? Si existe ese intento, la población contribuyente no lo ve. Y el quehacer y los resultados de ese trabajo, ¿cómo y dónde pueden apreciarse…?
Hace varios años, en 1998, en mi columna periodística semanal “Crónicas sin tiempo”, que mantenía en un matutino de San Salvador, bajo el título “Si el PARLACEN no fuera tan inoperante”, yo demandaba información y transparencia, precisamente sobre el real ser y quehacer de los diputados salvadoreños en el PARLACEN; pero, por toda respuesta, de uno de los aludidos solo obtuve breve y airada alusión impersonal en la TV, tratando de defender lo indefendible.
“Piden que PARLACEN esté obligado a dar información pública”, tituló una noticia LPG del 12 de junio/2019, pág. 21, destacando que el diputado Josué Garay, junto a Fernando Bautista (éste del PARLACEN), solicitan a la Asamblea Legislativa “que los diputados del PARLACEN estén sujetos a la Ley de Acceso a la Información Pública (LAIP), con el objeto de que “… seamos sujetos del escrutinio, no solo de la ciudadanía, sino también de la prensa y de la academia”, plantea Bautista. Sincera o no, la petición recoge lo que, fundamentalmente, reclaman los ciudadanos centroamericanos.
Sin duda, ningún ciudadano patriota del Istmo adversa o está en contra de un organismo como este, pero es que a la vista de todo el mundo, el PARLACEN parece tan inoperante. Los contribuyentes reclaman por el evidente ocio, y por los altos salarios por una inactividad manifiesta, contraria a los objetivos de su carta de principios
Parafraseando al gran poeta y patriota cubano José Martí, cuando dijo: “A la Patria se le sirve y no se le toma para servirse de ella”, es imperativo seguir con la demanda de transparencia a los diputados salvadoreños del PARLACEN-con las ligeras excepciones que puedan existir- sobre servir a la Patria en lo que les compete, y no servirse del cargo para ostentaciones y privilegios.
El pueblo centroamericano está a la espera y en busca de un PARLACEN renovado, dinámico y transparente. Solo así, ese Parlamento Centroamericano (PARACEN) cumplirá, de veras, con la misión de ejercer un liderazgo hacia el fortalecimiento de la democracia integral y la coordinación interinstitucional en el proceso de integración del Istmo, contribuyendo así al fortalecimiento de una sociedad más justa, más humana y solidaria.