En El Salvador se desconoce la cantidad de alimentos de granos básicos, frutas y verduras que puedan estar contaminados con residuos de plaguicidas a consecuencia de falta de estudios, pero se presume que pueden ser muchos productos alimenticios, si están siendo cultivados en áreas donde se cosecha caña de azúcar y algodón que usan grandes cantidades de agrotóxicos para su fumigación.
En tal sentido, existen iniciativas que promueven la agroecología en pequeños experimentos de huertos caseros en zonas urbanas, como es la experiencia de Mercedes Monge de la comunidad de Santiago Texacuango, en el área metropolitana de la capital salvadoreña.
“Claro que sí es viable porque todo lo brinda la naturaleza, aquí tenemos para hacer el abono, tengo 6 años de venir trabajando con mi propia comida, he disminuido la compra en el súper, yo no necesito ir a comprar a un súper o mercado, tengo mi propio mercado en la casa. Esta experiencia es para enseñarle a otras familias que sí se puede hacer cambios, este país lo necesita porque mucha gente se está muriendo de insuficiencia renal, cáncer y de azúcar en la sangre, porque no se saben alimentarse, la agroecología es base fundamental para una mejor salud”, manifestó Monge.
El cultivar los alimentos de forma orgánica en los patios de las casas es una alternativa ecológica y que ayuda al ahorro de la economía familiar, iniciativa que debe promoverse para procurar alimentarse sanamente aseguro Adela Bonilla representante de la Mesa por la Soberanía Alimentaria.
“La postura de la Mesa es pedir que salga del archivo (dentro de la Asamblea Legislativa) la propuesta de Ley de Soberanía Alimentaria y Nutricional para su discusión y aprobación, y las reformas que nosotros vemos en cuanto a mantener la Soberanía Alimentaria y Nutricional en el país, es volver atrás la mirada, como nuestros ancestros cultivaban la agroecología”, concluyo Bonilla.
Los pesticidas, biocidas, agrotóxicos cada año en el mundo intoxican a cerca de 3 millones de personas por su uso y/o exposición, y por el cual ““según estimaciones- mueren más de 660 personas por día, 25 por hora. En El Salvador se desconoce la cantidad de muertes, porque existe una negligencia por parte de las autoridades salvadoreñas de vincular la relación de los agrotóxicos con enfermedades como el cáncer y la insuficiencia renal crónica.