La Policía Nacional Civil (PNC) ha confirmado el registro en menos de 24 horas de dos masacres o asesinatos múltiples ocurridos en distintos punto del país, caracterizado internacionalmente como uno de los más violentos de Latinoamérica.
El primero, ocurrido a altas horas de la noche del 1 de abril, dejó como resultado tres miembros de una misma familia asesinados en el cantón Monte Hermoso de Tacuba, Ahuachapán, al occidente salvadoreño, en el que murieron Juan Rodríguez Borja, de 72 años, Rosa Elvira Martínez de Borja, de 65, y su hijo Enrique Alexander Borja, de 27 años.
Los informes detallan que asesinaron primero a Enrique Alexander Borja, como represalia por divulgar otro crimen en que los hechores habían cometido. Al ver sus padres que su hijo no llegaba, fueron a buscarlo y encontraron en flagrancia a los asesinos, quienes también les dieron muerte a los padres del joven.
“De acuerdo a la información preliminar que tenemos, el muchacho fallecido solía consumir bebidas alcohólicas, y recientemente entre amigos en estado de ebriedad, él había comentado que hace siete meses había sido testigo del homicidio de un cuñado”, dijo el director de la PNC, Howard Cotto.
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Ya en horas del mediodía de este lunes 2 de abril, autoridades fiscales y policiales confirmaron un cuádruple homicidio ocurrido en finca San Vicente, Carretera Antigua a Santa Ana, jurisdicción de Coatepeque, siempre al occidente salvadoreño.
Las víctimas son cuatro jóvenes a quienes sus familiares buscaban desde hace tres días, y han sido identificadas como Manuel de Jesús Aguilar Olmedo, Wilmer Alexander López, Miguel Ángel Beltrán Hernández, y Jeferson José Ramírez López.
Las primeras pesquisas policiales indican que de los fallecidos, tres son miembros activos de la MS-13 y el cuarto era aspirante; el móvil podría atribuirse a problemas de disputa de zonas.
Mientras tanto, autoridades fiscales y policiales se encuentran en la zona e investiga si las víctimas tenían vinculaciones con grupos criminales.
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Según Howard Cotto, el primer trimestre del 2018 cierra con 939 homicidios, reflejando un incremento de 116 homicidios más que en el mismo período de 2017 que reportó 823 muertes violentas.
El Salvador registró 3.954 homicidios durante el 2017, un 25% menos que los registrados en 2016 que fueron 5.280; una reducción atribuida a la implementación de las medidas extraordinarias de seguridad que el Gobierno mantiene contra las pandillas, según autoridades de Seguridad.
No obstante, la tasa de muertes violentas por cada 100.000 habitantes es superior al índice de 10 considerado por los organismos internacionales de salud como una epidemia de homicidios.
