En la sesión de la Organización de Naciones Unidas (ONU) registrada esta semana, El Salvador se mostró a favor de reconocer las propiedades medicinales del cannabis – marihuana- y eliminar esa planta de la clasificación de los estupefacientes más peligrosos.
La nación centroamericana se unió a esta corriente, que es uno de los mayores cambios en política de drogas de las últimas décadas.
Sin embargo, la ONU aun considera prohibido el consumo con fines recreativos.
En este sentido, la Comisión de Estupefacientes de Naciones Unidas votó en Viena, Austria, por la eliminación de la marihuana medicinal para uso médico de la lista de drogas más peligrosas del mundo.
La mayoría simple de los 53 Estados de la Comisión decidieron retirar el cannabis y su resina de la Lista IV de la Convención sobre drogas de 1961, lo que significa que se reconoce oficialmente la utilidad médica de esa planta.
Al revisar una serie de recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud sobre la marihuana y sus derivados, la Comisión de Estupefacientes se centró en hacer la modificación de la Lista IV de la Convención Única de Estupefacientes de 1961, donde figuraba junto a opioides adictivos y letales como la heroína.
Con un histórico resultado de 27 votos a favor, 25 en contra y una abstención, la Comisión de la ONU ha abierto la puerta al reconocimiento del potencial medicinal y terapéutico de esta droga de uso común, pero aun mayoritariamente ilegal.
De las Américas, Colombia, Canadá, Estados Unidos, México, El Salvador, Jamaica, Ecuador y Uruguay apoyaron la iniciativa de aprobar este cambio y Cuba, Perú Chile y Brasil estuvieron en contra.
De la Unión Europea, todos los países miembros excepto Hungría apoyaron la iniciativa, y en Asia y África, la mayor parte de los países estuvo en contra de este cambio.
Además, según distintas informaciones, la decisión también puede impulsar la investigación científica adicional sobre las propiedades medicinales de la planta y actuar como catalizador para que los países legalicen la droga para uso medicinal y reconsideren las leyes sobre su uso recreativo.
En enero de 2019, la Organización Mundial de la Salud dio a conocer seis recomendaciones relacionadas con el cannabis y su retirada de los tratados de control de drogas de la ONU.
La Comisión de Estupefacientes votó esas propuestas originalmente durante su sesión de marzo de ese mismo año, donde muchos países solicitaron más tiempo para estudiar su respaldo a la retirada del cannabis como narcótico y definir mejor sus posiciones, según distintas noticias de prensa.
Entre los muchos puntos que la Organización Mundial de la Salud publicó con respecto a la marihuana aclaró que algunos de sus derivados como el cannabidiol (CBD), un compuesto no intoxicante, no deben estar sujetos a controles internacionales ya que ha asumido un papel destacado en las llamadas terapias del bienestar en los últimos años al tiempo que ha creado una industria de miles de millones de dólares.
Actualmente, más de 50 países han adoptado programas de cannabis medicinal, mientras que Canadá, Uruguay y 15 estados de Estados Unidos han legalizado su uso recreativo. México y Luxemburgo también están estudiando esta posibilidad.