La nota promedio del presente año es de 5.36, superando en una décima a la anterior. De las materias básicas, Lenguaje aumentó en 0.41, mientras Naturales en 0.03. Sociales y Matemáticas conservan el promedio anterior.
El titular ha subrayado que el promedio obtenido se ha aumentado sostenidamente los últimos 7 años, aclarando que no puede crecer a un ritmo más acelerado, dado que se trata de arraigar un esquema técnicamente diseñado, que busca satisfacer las necesidades que la nación detenta, respondiendo a las que supone el futuro, es decir, brindando una respuesta pedagógicamente sostenida, mientras las administraciones anteriores anularon toda inversión en el sistema, negándose a actualizarlo y sin ofrecer formación a los docentes, estancándolo virtualmente.
Al arribo del progresismo se hizo público el que en aras de satisfacer las demandas de los organismos crediticios internacionales, (de quienes se contrataron los créditos para la supuesta reforma que nunca paso del libreto ni tubo efecto cuantificables) se maquilló los resultados de las PAES, para así justificar sus políticas en el tema, encubriendo el rezago del modelo educativo, y que ahora se verifica en el esfuerzo sostenido para evitar que las áreas sociales reciban recursos, lo que además utiliza electoreramente.
Pero además podemos observar el que si bien ha habido un incremento en la nota, debe haber un mayor esfuerzo por lograr la paridad en el aumento de la nota promedio, dado que no sirve de mucho que la ciudadanía sea capaz de hacer acopio de su memoria para responder a la problemática que toque enfrentar, mientras que su capacidad creativa y de análisis se supedita a lo que terceros le subordinen a opinar y hasta pensar.
Es decir, el desarrollo cognitivo es un todo integral en el que el individuo ambiciona, de acuerdo a sus necesidades, intereses y problemas, destacar en un área en particular sobre otra, y sin embargo, y a pesar de la propuesta de flexibilidad pedagógica impulsada desde el liberalismo político, lo cierto es que la sociedad y el ciudadano pierden cuando en aras de la productividad se sacrifica la capacidad de juicio en función del conocimiento pleno de las distintas variables que constituyen una problemática, en vez de la parcial visión de la misma y como consecuencia de una pobre formación humanista.
Hay entonces que favorecer la continua capacitación docente, haciendo énfasis en los ejes transversales que orillen una interpretación de antecedentes, que derive en la obligada emisión de juicio de valor, lo que por ahora no vemos en los estudiantes que afrontan la PAES, ya que se sirven de una admirable capacidad memorista, sin acuñar ningún esfuerzo por superar por creatividad y análisis, las dificultades que se le presenten.
Es entonces el siguiente desafío para el país: que los educadores asuman el reto de lograr que sus educandos sean capases de pronunciarse con discernimiento, ponderando las circunstancias y causales históricas, valorando consecuencias, emitiendo así juicios objetivos que los sustraigan de la masa, transformándolos en ciudadanos plenos, capases de aportar crítica y productivamente a nuestra nación.