Según la FGR el capitán Luis Maida recibió de fondos estatales $214,000 usados posteriormente para comprar armas que luego donó al ex presidente Funes.
La capacidad económica del militar –según la acusación- no permite que él hubiera podido costear esa compra. Por lo tanto es acusado de ayudar a lavar dinero de los gastos reservados de CAPRES. Mauricio Funes sostiene desde Nicaragua que: «el capitán Maida no le donó ninguna arma él entregó ese dinero al oficial para la compra y luego se registraron a su nombre»
Luego ¿de donde obtuvo el ex presidente $214,000 para esa compra, si con su sueldo como mandatario no le alcanzaba para comprarlas?
¿Ser como Pepe Mujica o cómo Mauricio Funes? E allí el dilema para un izquierdista latinoamericano. Si algo no podemos negar es que cuando un pobre se enriquece es por años de trabajo legítimo. Lo contrario es narcotráfico o saqueo público. Y es ese el talón de Aquiles de nuestros izquierdistas devenidos en nuevos ricos: sus excesos anti éticos y anti estéticos.
Durante la presidencia Funes, insólito, nuestro país de facto tuvo dos primeras damas: Vagna Pignato y Ada Guzmán.
A la primera le pagó créditos por $216,000 que aseguró el expresidente Funes nunca salieron de los gastos reservados de CAPRES y tampoco nos aclara de dónde los obtuvo. Y a la segunda de fondos estatales le compró una casa para fijar su residencia y, no solo, recibió $484,000 para una serie de gastos que jamás un izquierdista latinoamericano intentaría pensar hacer. La madre y el padre de la segunda primera dama también se beneficiaron de los fondos CAPRES la señora madre recibió $217,000 y el señor suegro $133,000.
Y por aquello de que donde hubo fuego cenizas quedan una ex compañera sentimental del primer presidente de izquierda Elvy Paz Gutiérrez apareció con $394,000 que no puede justificar.
Y desde luego sus hijos. Roberto Funes Avelar con $163,000 y Diego Funes Cañas $279,000 que fueron usados para superar el complejo clasemediero salvadoreño de andar a pie.
Daño colateral ha sufrido la madre de Diego Funes, Regina Cañas (orden de captura por encubrimiento) que, al parecer por proteger a su hijo de las inversiones automovilísticas en las que decidió embarcarse con fondos CAPRES falsificó –como buena madre- un documento con un préstamo que nunca existió y que fue presentado en el juicio de probidad que se le siguió a Funes Cañas disminuyéndose gracias a ese «préstamo» la responsabilidad patrimonial de su hijo.
Si optamos por creerle a Mauricio Funes Cartagena que nunca usó fondos de CAPRES para estos gastos de tipo hedonista que nada tienen que ver con sus funciones a cargo del ejecutivo, acaso, no es válido preguntarnos y él explicarlo sin que medie órgano judicial ¿de dónde obtuvo ese dinero?
Son esas inconsistencias, silencios o verdades a medias en las explicaciones sobre su nuevo nivel de vida las que comenzaron desde el ciudadano común a levantar sospechas que entre la corrupción arenera de 20 años con los fondos CAPRES no existía diferencia alguna con el FMLN.
Hoy lo sabemos por el manejo que de la partida secreta hizo Alfredo Cristiani gastó cinco millones y medio 5 meses de gobierno de 1994 en: Acuerdos de Paz (pesar de haber sido firmados 2 años atrás); Comunicaciones (propaganda gubernamental para favorecer a ARENA) y OIE. 30 años después con dos procesos a ex presidentes que lleva la FGR los rubros oscuros siguen pareciéndose: inteligencia; comunicaciones y «obra social».
Corolario:
Ese manejo opaco que se venía haciendo de esos fondos (hasta ahora) fue declarado inconstitucional por la Sala de lo Constitucional en 2010, sin embargo la clase política encontró la forma de driblar aquella sentencia y repartir a manos llenas a allegados y parientes.
En 30 años de gobiernos de ARENA y FMLN los presidentes han manejado un aproximado de $1,000 millones en «partida secreta» o «gastos reservados». Suficiente para invertir en las zonas de alto riesgo (donde viven 2, 500,000 de pobres) tanto como para que disminuya la delincuencia o criminalidad o no seamos tan vulnerables ante los desastres naturales.
Guardaron silencio. Gestionaron su asilo político en Nicaragua para proteger al partido de la untada de mierda que les dejaba Mauricio Funes, antepusieron por ideologizados «el patria o muerte» y eso los hace como a ARENA con Francisco Flores y Tony Saca cómplices por omisión.