En El Salvador para las nuevas generaciones hablar de D. Diego Holguín es referirse a un proyecto de infraestructura que se construyó con el objetivo de descongestionar la carretera a Santa Tecla y la calle Chiltiupán de Ciudad Merliot así como dinamizar el tráfico de la zona poniente de San Salvador y su salida a las ciudades del occidente del país, lastimosamente este proyecto languideció en el contubernio de su costosa edificación salpicada de corrupción, prebendas por parte de los involucrados en donde se maneja que los culpables no lo son (inocentes) y los verdaderos corruptos no han sido procesados. Sin embargo no es de ese nauseabundo tema del que queremos hablar, sino del admirable pasado del hijosdalgo Diego Holguín que junto a los 73 conquistadores expedicionarios dio origen a la ciudad de San Salvador del Valle de las Hamacas en Cuzcatlán.
Su historia comienza en Castilla, en 1485 donde nace, siete años antes del descubrimiento de América, con tan solo 21 años el joven Holguín decide aventurarse al Nuevo Mundo recién descubierto, trae consigo conocimiento en armas, estrategia, urbanismo, pero sobre todo valor, lo que lo va a caracterizar en las nuevas tierras. En el año de 1506 llega a La Española (Haití) donde participa en la conquista y en el ordenamiento de la nueva ciudad, dadas sus habilidades de buen militar, disciplinado y con profunda determinación las huestes españolas lo solicitan y es así como participa en la fundación de Cuba con el Capitán de Velásquez, luchan contra los taínos matan al resistente Hatuey y fundan San Salvador de Bayano.
En esas batallas infernales, tuvo que conocer o por lo menos llamar la atención del capitán Hernán Cortés para formar parte de su ejército expedicionario, que cruzaría el Golfo de México y tocaría tierra y se adentraría en las selvas para conquistar extraños territorios.
Holguín fue actor en la derrota y evacuación de Tenochtitlán que dejó como resultado muchas bajas europeas, la famosa “Noche Triste”. El Hijosdalgo Holguín enjugando las lágrimas del capitán Cortés ante la sangre y la destrucción de esa noche.
Reivindicándose emprende en la batalla de Otumba y obtienen la amistad y admiración de los indios de Tlaxcala en 1521, ahí aprende a comunicarse con ellos y tácticamente los hacen formar parte del ejército conquistador.
En 1523, para bien o para mal se une a las campañas conquistadoras del Clan de los Alvarado las cuales abarcaron extensiones desde Utatlán, Guatemala y Cuzcatlán.
D. Diego Holguín también fue testigo de la batalla de Acaxual (Acajutla) donde fue herido Pedro de Alvarado por la certera flecha del príncipe Atonal así como la cruenta batalla en la ciudad de las jabalinas Tacuzcalco.
En 1524 se inscribe como vecino de la ciudad de Guatemala , como conquistador obtiene cargos públicos en el cabildo, parte al sur nuevamente con los Alvarado a erigir San Salvador del Valle de las Hamacas, en abril de ese año se funda la pequeña villa de habitantes europeos, es seguro que Holguín tuvo que ver con el nombre de dicha Villa ya que él fue uno de los fundadores de San Salvador de Bayano (Cuba) , llega a convertirse en el primer Alcalde de San Salvador, además en esos vaivenes de incertidumbre ante los hostigamientos de los resistentes indios pipiles de la serranías el pequeño asentamiento se debe mover, se traslada cerca de Suchitoto , Holguín vuelve a meter mano de trazador y urbanista y surge San Salvador de la Bermuda.
La inestabilidad del territorio ante las asechanzas de los naturales, en temibles guerras de guerrillas no le es agradable al conquistador, predomina más la sed de explorar y conquistar otras tierras en 1527 vuelve a las selvas de México y hace construir una nueva colonia; ese mismo año, aún cargado de juventud y madurez es llamado a las campañas de Diego de Mazariego y funda San Cristóbal de las Casas.
A los 55 años con toda su capacidad de conocimiento en infantería y artillería en las tierras de la Nueva España Tonatiuh (P. Alvarado) lo vuelve a llamar para seguir conquistando el poniente, el Capitán Holguín ya se iba desgastando en edad, murió con las mil y un batallas en sus venas (desde el Caribe, México, Guatemala y El Salvador) , con los silbidos de las flechas aún presentes, pero aún con el brillo de la espada en sus ojos, su ocaso sucedió en la ciudad Real de Chiapas antes de 1570.
Este comentario no se hubiera podido extender ni sacar deducciones respectivas sin la ayuda de la biblia que todo historiador salvadoreño, amante o aficionado de la historia salvadoreña debe consultar del erudito Jorge Lardé y Larín y su obra: “El Salvador, descubrimiento y conquista”, así como los relatos de Bernal Díaz del Castillo.