viernes, 13 diciembre 2024
spot_img
spot_img

Del Patriarcado y las violencias

¡Sigue nuestras redes sociales!

spot_img

Bajo el lema ¡Diversas pero no dispersas!, y como parte del 14° Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, en Montevideo, entre el 23-25 de Noviembre y como parte de la tradición se realizó la Marcha por el “Dí­a de la lucha contra la violencia hacia las mujeres”, donde 2200 mujeres provenientes de 30 paí­ses Latinoamericanos y Caribeños hicimos un solo cuerpo para protestar y defender nuestro derecho a una vida libre de violencia. .

Nuestra lucha por la no violencia tuvo lugar hace 36 años, cuando en 1981 se reunieron en Bogotá, Colombia en el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe que hoy culmina en su catorceava edición. En aquel entonces las feministas de la región decidieron y acordaron que paralelamente con la lucha por la igualdad, se hací­a emergente visibilizar las atrocidades de que son ví­ctimas las mujeres en sus hogares y en las calles de todos los paí­ses, de allí­ surgió la propuesta que fue acogida y posteriormente se universalizo por Naciones Unidas, de dedicar la fecha del 25 de noviembre como “Dí­a Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”.

Sin embargo encontramos que pese a todos los esfuerzos, avances y logros en esta lucha de la región latinoamericana y caribeña, todaví­a tenemos grandes retos que subsanar para el logro de nuestro objetivo: Una vida libre de violencia. Y es que la naturalización de hechos de violencia perpetrado hacia mujeres se mantiene muy arraigado desde los idearios individual y colectivos.

Para lograr la erradicación de la violencia contra las mujeres es necesario deconstruir y construir una nueva manera de valorar a las mujeres, que pasa por analizar el patriarcado, el cual se basa en un sistema de relaciones sociales y culturales básicamente donde los hombres dominan a las mujeres instalado desde hace miles de años. La construcción cultural de la violencia contra las mujeres, está construida en el poder patriarcal, que otorga supremací­a a los hombres frente a las mujeres, confiriéndole el derecho de utilizar cualquier método incluyendo la violencia. En otras palabras el hombre que golpea, viola, acosa sexualmente a su pareja, hija, nieta, hermana y/o compañera de trabajo, o que persigue y mata a su ex pareja o ex novia y que agrede verbalmente a cualquier mujer, de una u otra forma, expresa simplemente la idea de propiedad y control que sobre las mujeres tiene, por el simple derecho que el sistema le ha concedido.

El modelo de masculinidad hegemónica, enseña a los hombres desde su infancia que son dueños de las mujeres y de sus hijos e hijas, que las relaciones sexuales son hazañas y proezas de las que se puede alardear. Es un modelo de sexualidad genitalizada, deshumanizada, que les presiona a demostrar una y otra vez que son viriles, potentes y heterosexuales. Es lo que se expresa y auto sustenta como violencia en: las violaciones callejeras y/o masivas y cruentas; las violaciones como armas de guerra, el abuso sexual intrafamiliar, la trata y explotación sexual o el acoso sexual callejero, situación que se profundiza cuando las ví­ctimas son niñas quedan embarazadas como consecuencia de dicha violencia. Entonces quizá podamos comprender porque son más hombres los que mueren por la violencia homicida ejercida por hombres y las mujeres mueren producto de la violencia de género ejercida por hombres.

¡Hola! Nos gustaría seguirle informando

Regístrese para recibir lo último en noticias, a través de su correo electrónico.

Puedes cancelar tu suscripción en cualquier momento.

Gilda Parducci
Gilda Parducci
Columnista Contrapunto

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

spot_img

También te puede interesar

spot_img

Últimas noticias