En los albores del mes de la No Violencia contra las Mujeres no puedo dejar de poner en la palestra para discusión y análisis sobre los grados e índices de violencia que todas las mujeres salvadoreñas enfrentamos en el día a día que en los diferentes medios de comunicación se leen, por ejemplo: Asesinato de madre frente a sus dos hijos, Más de 500 violadores han sido condenados este año, según FGR, Enfermero pagará $4,000 por libertad provisional tras supuesta violación de doctora, Padrastro abusaba de menor cada vez que la madre salía a trabajar, Hombre violó a su prima de 10 años en Monte San Juan, Cuscatlán, Sepultan a joven embarazada encontrada muerta en carretera a Comalapa en un solo día, como se ha incrementad la violencia contra las mujeres es el primer análisis que por lo general hacen la mayoría de personas.
Sin embargo la violencia contra las mujeres ha existido desde siempre, lo que pasa es que ahora se habla y denuncia más y es la cultura patriarcal la que ha mantenido desde los mitos, tan sabiamente fomentados para mantener a las mujeres en sumisas y oprimidas. Un ejemplo paradigmático a mi punto de ver, son los embarazos en niñas y adolescentes en donde como producto vemos las uniones entre parejas mayores con estas, las que implican relaciones desiguales de poder, colocándolas en situaciones desventajosas con poco margen para tomar decisiones sobre sus vidas.
La niña/adolescente que es la única víctima, de pronto se convierte en victimaria producto de los mitos que justifican la violencia, y el hombre agresor, único responsable de esta, se convierte en víctima y es lo que ocurre en el caso del momento, referido a un funcionario señalado de un caso similar.
En primera instancia el funcionario es señalado por entablar relación de pareja con una menor, en ese momento la reacción fue de condena al hechor del acto, luego se expone a la joven en un discurso, con el fin de “defensa a la familia” que ha tenido como reacción un sin número de calificativos despectivos, llegando incluso a considerar que la joven lo planifico para que se diera dicha situación. En otras palabras a la joven se le ha expuesto y se le ha violentado en sus derechos nuevamente.
Considerar que una jovencita cause su propia violación, solamente cabe en aquellas personas que no tienen el más mínimo conocimiento de la opresión a las que las mujeres estamos sometidas desde que nacemos y se nos va conformando a través del proceso de socialización a aceptarlo y llevan consigo la misoginia fuertemente arraigada, porque algo cierto es que, la única responsable y culpable en un caso como el ventilado es el hombre mayor que construye la escena perfecta para agredir sexualmente y luego quedar impune como salvador. El es el culpable por agresor y ella la víctima y punto.