El presidente López Obrador unas veces niega y otras intenta minimizar la realidad cada vez más dramática de los feminicidios en el país. No entiendo por qué se cierra a reconocer esta realidad que debería ser prioridad en la agenda de las autoridades.
En 2019 en América Latina y el Caribe se registraron 4,640 feminicidios, que implica un crecimiento del 31.5 % con respecto al 2018, cuando fueron 3,529, de acuerdo a la Comisión Económica para América Latina (Cepal).
México, con 983 casos, es el segundo país de América Latina con más feminicidios solo superado por Brasil con 1,941. En el número de feminicidios por cada 100 mil mujeres, los países más afectados son Honduras, con 6.2; El Salvador, 3.3; República Dominicana, 2.7, y Bolivia, 2.1.
Los datos que ofrece la Cepal se obtienen del trabajo del Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe que contempla 18 países latinoamericanos y seis caribeños.
El informe también da cuenta de una encuesta realizada en seis países donde se ve que dos de cada tres mujeres han sido víctimas de violencia por razones de género en distintos ámbitos de su vida y una de cada tres ha experimentado vejaciones físicas, psicológicas o sexuales a manos de sus parejas.
La secretaria ejecutiva de la Cepal, la mexicana Alicia Bárcena, al presentar el informe, expresó que “la violencia de género ocurre de forma sistemática en nuestra región. No conoce fronteras, afecta a mujeres y niñas de todas las edades”. Y que esto “sucede en todos los espacios: en los lugares de trabajo, en el marco de la participación política y comunitaria, en el transporte y en la calle, en la escuela y en los centros educativos, en el ciberespacio y, sin duda, en los propios hogares. Es lo que en el sistema de las Naciones Unidas hemos llamado una ‘pandemia en la sombra’”.
La funcionaria planteó que el número de feminicidios cometido puede ser aún mayor en la región y que el virus del machismo se transmite de generación en generación a través de patrones discriminadores, patriarcales y violentos. “El feminicidio es la cara más brutal de la violencia”, dijo Bárcena.
En la pandemia del Covid-19 se ha agravado la situación de las mujeres ya que el aislamiento limitó el acceso a redes de apoyo y servicios de atención destinados a evitar la violencia machista, afirma la Cepal.
Y también que a esto debe añadirse que la saturación de los servicios de salud, por causa de la emergencia sanitaria, ha mermado la capacidad de atención médica de las víctimas que han sufrido episodios de violencia sexual.
México no es la excepción y es uno de los países considerados en el observatorio. En términos generales lo que sucede en América Latina ocurre en nuestro país, aunque el presidente lo niegue y no de importancia a esta tragedia.
Twitter: @RubenAguilar