Como un homenaje a las mujeres salvadoreñas quiero en esta ocasión referirme a un dicho usualmente utilizado en nuestra sociedad patriarcal, que dice lo siguiente: “los hombres llegan hasta donde las mujeres lo permiten” este como otros muchos, depositan la responsabilidad ética y moral de los hombres en las mujeres, haciéndonos sentir a las mujeres que somos culpables cuando los hombres nos agreden y nos violentan de diferente manera, obviando que todas y cada una de las personas en la sociedad somos responsables de nuestros actos.
Es evidente que, en el patriarcado, la sociedad es más estricta con la conducta de las mujeres y más permisiva y tolerante con la de los hombres a quienes muchas veces, con ideas, hábitos y costumbres se les justifica el irrespeto, el mal trato e incluso la violencia contra mujeres y niñas lo que, en un proceso de introyección constante mediante dichos, refranes, publicidad, canciones, chistes y otras formas que denigran la integridad de las mujeres, consolidan la ideología patriarcal.
Lamentablemente muchas veces las mujeres inmersas en esta sociedad, asumimos y repetimos dichas ideas sin mucho análisis y nos volvemos voceras y sostenedoras de mitos y creencias que tergiversan la realidad; no es cierto que cuando una mujer o niña no acepta ni permite que la acosen, la marginen y/o la violenten, los hombres que lo hacen, dejen de hacerlo.
Es un error creer que somos las mujeres las que consentimos y permitimos que nos agredan, eso solo podría darse cuando la generalidad de mujeres realmente estén empoderadas y por ahora, la ideología patriarcal y el ambiente masculinizado lo hace sumamente difícil, son pocas las mujeres que dadas sus circunstancias pueden poner límites a los abusos contra ellas, muchas ni siquiera pueden negociar con su pareja el uso del condón y terminan haciendo lo que el hombre les dice, exponiéndose a Infecciones de Transmisión Sexual ITS, al Virus de Inmunodeficiencia Humana VIH y/o a embarazos no deseados.
En una noticia periodística de la Prensa Gráfica titulada: “No ha cambiado ambiente violento contra las niñas “del día miércoles 4 de los corrientes, leí que la señora Henrietta Fore, Directora Ejecutiva del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia decía entre otras cosas: “El acceso a la educación no es suficiente, debemos también cambiar los comportamientos y las actitudes hacia las niñas. La verdadera igualdad solo llegara cuando todas las niñas estén a salvo de la violencia, sean libres de ejercer sus derechos y puedan disfrutar de las mismas oportunidades en la vida” y considero que la Directora tiene razón, porque en una sociedad que no respeta la equivalencia humana de mujeres y hombres, las oportunidades de empoderamiento para ellas es limitado, es necesario comprender que no es necesaria la fuerza bruta para comunicarnos, entendernos y avanzar en el desarrollo social, basta pensarnos como seres humanos y actuar en consecuencia.
Precisamente por esa disparidad existente en el patriarcado es que es importante entender por qué se conmemora el día nacional e internacional de las mujeres, porque son ellas a través de la historia las que han sufrido marginación negativa, sometimiento, invisibilidad, y violencia de todo tipo, razón que motivo a las mujeres para proponer un día para que personas naturales y jurídicas así como los Estados por medio de sus gobiernos reflexionen y tomen medidas pertinentes para erradicar la violación de Derechos Humanos de niñas y mujeres.
En 2018 en un artículo que escribí decía: “Lamentablemente para nosotras las mujeres, la lucha continua y de ello tenemos que estar conscientes, seamos o no feministas; el patriarcado nos obliga a vivir en constante zozobra, no solo por el irrespeto a nuestros Derechos Humanos, sino porque tenemos que estar vigilantes de que los avances que con mucho esfuerzos y sacrificios se han logrado no los hagan retroceder.”
El lamento sigue siendo válido y es por lo que, con toda mi sororidad, en este 8 de marzo de 2020 saludo a todas las mujeres salvadoreñas y las invito a que sigamos luchando para lograr que se reconozca y se respete la dignidad humana que nos pertenece.