“Para Renán Alcides Orellana: Te dejo estos viejos y más recientes poemas, con amor de solidaridad por tu tierra”, escribió Stella Calloni, al dedicarme su libro Memorias de Trashumante -Poesía- (Ediciones Papeles de Coghlan -PDEC- Buenos Aires, Argentina, 1998), durante la clausura del “Premio Nacional de Literatura Ricardo Miró 2006”, en Panamá, la tarde del 20 de octubre de 2006.
Días antes había conocido a Stella Calloni, poeta, escritora y periodista argentina de mucho prestigio internacional y, durante una semana, ambos compartimos experiencias, periodísticas y literarias, como integrantes del Jurado Internacional del “Premio Ricardo Miró”, ella en la rama Poesía y yo en la rama Cuento, y que, bajo coordinación del Instituto Nacional de Cultura (INAC), se realizó en Ciudad de Panamá, entre el 16 y el 20 de octubre de 2006.
Aquella tarde, antes de despedirnos, intercambiamos nuestros libros, con sendas dedicatorias. Con evidente aprecio, la vi escribir “con amor de solidaridad por tu tierra”, refiriéndose con nostalgia a El Salvador. Y esto, porque Stella estuvo cubriendo, como corresponsal de La Jornada, incidencias durante la guerra civil salvadoreña, 1980-1992, de las que me hizo memoria con amplios detalles, con especial mención, y con mucha admiración, a la figura de Monseñor Romero. “Amo a tu país, y admiro la valentía de tu pueblo”, me dijo. Y se refirió, con sumo respeto y admiración, a “la denuncia valiente y arriesgada de Monseñor Romero, desafiando al poder político y económico, que lo condenó a muerte” Y, con esperanzador acento, auguró un mejor destinos a El Salvador, “toda vez que el pueblo siga caminando de la mano con Monseñor Romero”, me dijo. Hoy, más de una década después, yo le diría a Stella que, en gran parte, así ha sido, tanto que ahora aquel Monseñor Romero de su admiración, seguido de su pueblo, y por derecho propio, va camino a convertirse en San Romero de América…
Stella Calloni nació en Leguizamón, La Paz, Entre Ríos, Argentina. Poeta, escritora y periodista, tiene en su haber abundante obra en los distintos géneros. Durante muchos años ha sido corresponsal en Suramérica y Centroamérica, del periódico La Jornada de México. Según la escritora Flor Monfort, el libro “La palabra en la boca -Stella Calloni: 60 años de Periodismo dedicados a contar la historia de los otros”, contiene las memorias de Stella, su vida y su obra durante seis décadas. Sesenta años de trabajar con la palabra, contando y cantando. Cuando conversábamos sobre esto en Panamá me decía “la diferencia contigo es que yo comencé la tarea diez años antes”. Sí, porque para entonces (2006), mientras Stella llegaba a los sesenta años de ejercicio, yo estaba próximo a arribar a los cincuenta.
En un fragmento de sus memorias, Stella describe: “Tengo 77 años… y me siento bien con lo que hice y con lo que tengo, prácticamente 60 años ligados al Periodismo Empecé a hacer poemas a los ocho años… después me fui a anotar en Periodismo… yo me juntaba con mucha gente que escribía… Publiqué unos poemas en una revista que se llamaba Hoy en la cultura…”
Y más adelante, con sentido crítico: “… El Periodismo militante, como yo lo encaro, no es ser de un partido, es siempre militar con la verdad. El Periodismo militante de esta manera (dirigido) como está procediendo ahora, es desacreditar al periodista que pelea por la verdad. Esto de ser K o “no K” es de una pobreza, de una mediocridad total. El Periodismo, tal como está funcionando hoy, con ese poder hegemónico detrás, que transforma la noticia en mercancía, o en un arma de guerra, está matando a la noticia en sí misma…”. Finaliza el fragmento de Stella. Y queda tanto pendiente por decir…
Por mi parte, siempre recordaré los especiales momentos de amistad y de conversatorios literarios y periodísticos con Stella Calloni, aquella semana de octubre de 2006, en Panamá.