jueves, 2 mayo 2024

 Cómo se convirtió Guyana en el laboratorio de desarrollo líder de América Latina

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Por Iván Duque Márquez

Guyana está en la cúspide de una profunda transformación socioeconómica como nunca se ha visto en América Latina y el Caribe. A pesar de su población reducida de aproximadamente 800.000 habitantes, se vanagloria de ser la economía de más rápido crecimiento del mundo. Según el Banco Mundial, su PIB per cápita, que aumentó el 62,5% solo en 2022, hoy excede el de economías latinoamericanas importantes como México y Brasil.

El auge económico de Guyana está alimentado por sus vastas reservas petroleras que, según se calcula, superan los 11.000 millones de barriles. Después de duplicar con creces su producción petrolera en 2022, el país va camino a producir más de 800.000 barriles diarios para 2025. Para poner esto en perspectiva, la producción de petróleo de Guyana está a la par de la de países mucho más grandes como Colombia, que tiene una población de 52 millones de habitantes. Se espera que Guyana supere a Kuwait y a otros países del Golfo y se convierta en mayor productor de petróleo per cápita del mundo.

Pero Guyana está adoptando una estrategia única frente a su flamante riqueza petrolera. Bajo el liderazgo del presidente Irfaan Ali, el gobierno guyanés apunta a apalancar sus ganancias inesperadas a partir de los combustibles fósiles a combatir la pobreza y acelerar su transición a energía limpia. Al invertir profusamente en fuentes renovables como la energía hidroeléctrica, solar y eólica, el país apunta a reducir su dependencia de los hidrocarburos, bajar los costos energéticos y atraer inversiones industriales y agrícolas. Por su proximidad con el Ecuador y su baja densidad demográfica, tiene el potencial de convertirse en un destino atractivo para los inversores internacionales.

A fin de alcanzar los objetivos de desarrollo social de Guyana, el gobierno está invirtiendo considerablemente en educación, atención médica, vivienda, agua y saneamiento. Sin embargo, el país necesita con urgencia un influjo de trabajadores migrantes para satisfacer las demandas laborales de sus numerosos proyectos de construcción e infraestructura.

Con más del 85% de su territorio cubierto por bosques tropicales, Guyana es el único país amazónico con una deforestación mínima. Asimismo, aproximadamente el 15% de este territorio le pertenece legalmente a las comunidades indígenas. Al reconocer la importancia de la conservación ambiental para lograr sus objetivos sociales, Guyana inició su estrategia de desarrollo de baja emisión de carbono en 2009. La administración actual desde entonces ha impulsado este esfuerzo, posicionando al país como una economía positiva con la naturaleza. 

Para reducir su dependencia de los hidrocarburos y fomentar la creación de empleos verdes, Guyana debe acelerar su transición energética e invertir en conservación, vivienda sustentable y transporte limpio. Al capitalizar su condición de país positivo con la naturaleza para garantizar que los proyectos verdes en Guyana generen mayores beneficios ambientales que otros lugares, el país podría establecerse como un destino atractivo para inversiones ambientales, sociales y de gobernanza (ESG).

Al inspirarse en programas similares llevados a cabo en Colombia y México, Guyana apunta a promover el crecimiento verde e impulsar el empleo desarrollando un sistema integral de transferencias económicas. Al mismo tiempo, el gobierno podría fomentar la existencia de ciudades verdes a través de un desarrollo urbano acelerado.

Sin duda, Guyana enfrenta obstáculos económicos importantes. Para mantener el ritmo del desarrollo y sostener su impulso de crecimiento actual, el país debe adoptar políticas inmigratorias que le permitan atraer la fuerza laboral necesaria para completar los proyectos de construcción existentes, expandir su sector de servicios financieros y facilitar la rápida expansión de la clase media, previniendo así el malestar civil y la inestabilidad política.

Salvaguardar la democracia de Guyana es particularmente crítico frente a las amenazas del presidente venezolano, Nicolás Maduro, de anexar a la región del Esequibo, rica en petróleo, que representa el 75% del territorio de Guyana y ha sido parte del país desde que éste todavía era una colonia británica. El respaldo constante de Estados Unidos, el Reino Unido y la comunidad internacional ha sido crucial para neutralizar las amenazas de Maduro y evitar un conflicto militar hasta que la Corte Internacional de Justicia decida a qué país pertenece la región.

Debido a su liderazgo efectivo y a su intención de aprovechar las ganancias de los hidrocarburos para impulsar un cambio socioeconómico, Guyana hoy es el laboratorio de desarrollo líder en América Latina y el Caribe. Su compromiso constante con la sustentabilidad y la conservación ambiental ofrece amplias oportunidades para los inversores, posicionando al país como un eje clave para los instrumentos financieros relacionados con el clima.

Asimismo, Guyana ofrece un modelo promisorio para otros países ricos en petróleo. Con el respaldo de la comunidad internacional, de inversores de relevancia, de instituciones multilaterales y de empresas privadas, Guyana está demostrando de qué manera los países en desarrollo pueden sacar partido tanto de las energías renovables como no renovables para escapar de la trampa de la pobreza.

Iván Duque Márquez fue presidente de Colombia.

Copyright: Project Syndicate, 2024.
www.project-syndicate.org

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