Por Oscar Martínez Peñate.
El proceso de Integración Centroamericano ha sido estudiado a través de diferentes puntos de vista, por ejemplo, desde la parte sociológica, económica, política hasta la histórica, se ha escrito una multiplicidad de investigaciones sobre este tema. Es menester preguntarnos ¿Dentro de todos estos aportes investigativos, se han hecho propuestas para poder seguir avanzando en esta materia?
A tres décadas de la firma del Protocolo de Tegucigalpa de 1991 debemos cuestionar si la estructura y funcionalismo del sistema nacido de dicho tratado, sigue teniendo vigencia o es imperioso realizar cambios estructurales. Cierto es que, en el devenir de la historia y ante los acontecimientos globales surge la necesidad de actualizar el actual proceso de Integración Centroamericana, identificando las falencias y disfunciones, asimismo, trazar nuevas metas para la región.
Otra interrogante que surge en este análisis es referente a si existe conciencia en el Sistema de Integración Centroamericana -SICA- y en particular en los ocho presidentes de los países que constituyen el SICA, sobre la importancia de poner a Centroamérica en la contemporaneidad, tomando en consideración las relaciones económicas, políticas y las mismas relaciones internacionales de cada uno de los países miembros.
El concierto internacional está constituido por bloques económico-políticos, en el actual contexto mundial neoliberal, teóricamente las relaciones económicas son “dejar hacer y dejar pasar”, aunque en la práctica esto solo aplica del Norte hacia el Sur y no del Sur al Norte. Se debe tener en cuenta que el comercio internacional es regulado por diversos organismos internacionales que han sido construidos y diseñados desde una perspectiva etnocéntrica y respondiendo a un contexto histórico del globalismo.
Frente a la globalización y al globalismo se hace ineludible que los Estados que integran el SICA busquen no solamente ser más competitivos en los mercados internacionales, si no también mejorar y aumentar sus ganancias por medio del comercio intrarregional. De igual manera, para ser más competitivos en los mercados internacionales es indispensable afrontar las demandas internacionales de los mercados como bloque económico. Esto permitiría cumplir con las demandas de los productos y aumentar el poder de negociación de la región para obtener acuerdos económicos más beneficiosos, porque no es lo mismo que un Estado fuera de la región negocie con un solo miembro del SICA a que lo haga con un bloque unido.