miércoles, 4 diciembre 2024
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Carisma no quita hambre

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Carisma, petrodólares, elocuencia y promesas caracterizaron a los gobiernos populistas de izquierda en la región principalmente el de Venezuela, pero una vez, estas promesas cesan, por la cruel realidad como la falta de dinero y liquidez

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Por Carlos F. Imendia

Las encuestas de aceptación de los políticos por parte de la población ofrecen datos importantes a candidatos que aspiran a un puesto de elección popular, unos más y otros menos, el carisma es un imán con el que el político promedio jala o atrae al elector, y va desde su rasgos físicos, raza, complexión, estética, posición social, hasta los rasgos intelectuales, mentales como elocuencia, oratoria y conocimiento.  Si revisamos a los más grandes referentes de la política en Latinoamérica podemos evaluar su carácter y carisma para gobernar, circundado por notables cualidades, que los han caracterizado: Fidel Castro y  Hugo Chávez.

Fidel Castro, fue un líder con enorme habilidad de la oratoria, podía pasar hablándole a la masa por más de 4 horas, su pueblo se identificó con el él a tal punto que la corroída revolución cubana con todo y el embate de los tiempos , se mantiene firme e imbatible. Otra habilidad del finado líder de la revolución cubana era su capacidad para argumentar y defender el fracaso de la revolución (en materia económica)  mediante la narrativa del famoso bloqueo de Estados Unidos, narrativa que sería retomada por el chavismo en Venezuela.

Hugo Chávez Frías, sin duda fue un líder elocuente, proveniente de las clases sociales populares; de formación militar, fue una imagen forjada por su impecable oratoria que paralelamente llevaba un lenguaje campirano de sabana, de pueblo, que deleitaba a la masa, sus discursos recubiertos del populismo más puro y duro  ;  anti capitalista, anti imperialista,  era lo que las clases populares querían escuchar, sin embargo a diferencia de otros líderes de la región , Chávez contó con una ventaja insuperable y era su poderío económico a través del petróleo, cuya producción fue forjada en los gobiernos y administraciones más capitalistas y neo-liberales en Venezuela, esa bonanza permitió que Chávez no solo prometiera el cielo y la tierra a los venezolanos, sino también hubo grandes tajadas que beneficiaron a muchos gobiernos de izquierda en Latinoamérica y también dieron origen a nuevos ricos de izquierda, nuestro país es un caso.

Carisma, petrodólares, elocuencia y promesas caracterizaron a los gobiernos populistas de izquierda en la región principalmente el de Venezuela, pero una vez, estas promesas cesan, por la cruel realidad como la falta de dinero y liquidez; el endeudamiento, la inclemencia de la endeble economía, la calidad de vida va en picada, sucede el descontento, las protestas y el estallido social.  Porque al final se recurre a poner impuestos hasta por las buenas o malas miradas.  En regímenes totalitarios eso se soluciona con represión y por esa razón  incrementa el éxodo, como actualmente ocurre en Venezuela y Nicaragua.

El carisma de los líderes en cualquier parte del mundo termina con la realidad económica,  tarde o temprano el descontento llega, la incomodidad se acrecienta, el repudio se duplica, la insatisfacción se manifiesta, y la masa no quiere tanta explicación sino solución a sus necesidades básicas y sobre todo exigiendo resultados.

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Carlos F. Imendia
Carlos F. Imendia
Comunicador, publicista y mercadólogo salvadoreño; columnista y colaborador de ContraPunto

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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