Biólogo de la UES, realiza reconocimiento de Especies Vegetales en Laguna El Jocotal de San Miguel

Texto y Fotos: Wilfredo Díaz.

La Laguna El Jocotal, se encuentra ubicada en el municipio de El Tránsito, del departamento de San Miguel, zona oriental del país, a unos 139 kilómetros de San Salvador. Tiene una altitud de 24 metros sobre el nivel del mar y una extensión aproximadamente de 500 manzanas. Su origen se debe a los afloramientos de aguas del subsuelo del manto de lava del volcán Chaparrastique.

Es una laguna interesante, rodeada de flora y fauna, espectacular. Los habitantes aseguran, que hay caimanes, cocodrilos, aves como el gavilán caracolero, pelícano blanco, zarceta, gallito de agua, patos, garzas, tucanes, pájaros carpinteros. Peces como, el guapote pando, ojo rojo, mojarra negra, burritas, tilapia, tortuga terrestre. Cada año, unas cien especies de aves migratorias aproximadamente llegan ahí.

Lugar apropiado para realizar investigaciones sobre la flora y fauna, que adorna el lugar. Es el primer sitio RAMSAR del país, en recibir esa categoría, por ser un lugar de humedales, refugio de una diversidad de especies de flora y fauna. Se cree, que al lugar llegan unas 20 mil aves de distintas especies, tanto migratorias y locales, aproximadamente.

Así fue, fuimos en busca de un nuevo conocimiento académico, con los estudiantes de segundo año de la Escuela de Biología, de la Facultad de Ciencias Naturales y Matemática de la Universidad de El Salvador, que cursan la materia Botánica II. Un día interesante de campo, para los futuros biólogos, desarrollaron el segundo laboratorio práctico, lo cual consiste en hacer un reconocimiento de vegetación (árboles, arbustos y hierbas) y la identificación de especies vegetales, que se encuentran en la laguna y extensiones de tierra que la rodean.

Salimos del Alma Mater a las siete de la mañana, un sábado caluroso, nos esperaba un largo viaje. Llegamos al lugar, nos recibe un intenso calor, terminamos deshidratados. El biólogo y docente de la UES, Carlos Elías, reúne a los estudiantes, da indicaciones de cómo se desarrollará el laboratorio de campo.

Hacen un reconocimiento del lugar y encuentran especies vegetales, que son muy características de zonas húmedas, como la Laguna el Jocotal, del departamento de San Miguel. Cada estudiante, está atento a las indicaciones del docente. Hacen sus anotaciones, grupos de trabajo, preparan su lupa, cinta métrica para medir el terreno y delimitar sus áreas donde realizarán su investigación.

“Hacer este tipo de trabajo en el campo, es interesante e importante para nosotros los futuros biólogos, nos ayuda a poner en práctica los conocimientos adquiridos en clase. Para desarrollar esta guía, hicimos grupos de trabajo y mediremos la zona donde se trabajará. Cada parcela, debe tener 10 x 10 metros (100 m2) y para que todo salga exacto, hacemos uso de la cinta métrica y la brújula. Luego se hace el muestreo o medición de árboles y la diversidad que existe en la zona, como el “pimientillo” y “almendro de río”, que es lo más común”.

“Hemos realizado un muestreo de forma dirigida, por la diversidad de árboles que hay. Esto nos sirve para identificarlos y clasificarlos por parcela. Ya teniendo definida las áreas, trabajamos de forma ordenada y así, tendremos datos exactos de cada parcela” asegura, Cindy Rosales, estudiante de segundo año de biología, de la UES.

La Laguna El Jocotal, tiene un área de 900 hectáreas en estación seca y en época lluviosa unas 1800. En 1976, se declaró área natural protegida, por su riqueza de biodiversidad y en 1983, se reconoció como “Santuario de aves”. En 1996, se convierte en un atractivo turístico de El Salvador. Sus habitantes, se dedican a la pesca, agricultura y a cuidar el lugar, es su fuente de vida y trabajo. Es una laguna, formada por las aguas del manto acuífero de lava del volcán Chaparrastique y el río grande de San Miguel, cuando crece en invierno.

Seguimos en el lugar, el calor es insoportable. Se concluye la verificación e identificación de los árboles y nos trasladamos a la Laguna del Abuelo, está en el mismo lugar, para verificar los tipos de plantas acuáticas que existen. Me acerco a la orilla y veo que hay una variedad de ninfa y un poco de basura. Mientras el docente y estudiantes hacen el muestreo, muchas familias disfrutan de esa cálida agua, no importando si está contaminada.

Carlos Elías, biólogo botánico y docente de la UES, saca algunas muestras de la laguna y explica a los estudiantes de cómo está formada la anatomía y morfología de una planta acuática como: helechos acuáticos, jacintos de agua, carrizos y árboles frutales, como la almendra, mango y jocote. Esta actividad, es parte de los laboratorios de campo de la materia botánica dos, que se les imparte a los estudiantes de segundo año de la carrera.

“Cada salida de campo, que realizamos con los estudiantes, ponemos en práctica la teoría dada en clases y se aplica al estudio que hacemos, en este caso, sobre la identificación de especies vegetales. Este tipo de investigación, nos ayuda a hacer un inventario, valorar, verificar la población de plantas, sus alteraciones, las nativas e introducidas al país, que hay en el lugar. La mayoría son ornamentales, que también pueden contaminar o intoxicar los mantos acuíferos si no se tiene control sobre ellas”.

“Hacer este tipo de investigación con los futuros biólogos, les ayuda a ser guiados de cómo se deben de realizar. Se les asesora en sus trabajos de graduación y tesis, por si se dedican a este tipo de estudio sobre el área de la botánica. En esta reserva natural, detectamos, que las poblaciones de jacinto, lechuga de agua y carrizos, si no se tiene control de sus poblaciones, terminará asfixiando la laguna, porque impiden la entrada de los rayos solares, que sirven para darle vida a otras especies que habitan ahí”.

“Tanto los pobladores como las instituciones correspondientes, deben de realizar jornadas de limpieza mecánica de la laguna, para extraer la ninfa y darle un tratamiento adecuado. Esta puede servir para hacer artesanía, como cestas y carteras. Muchas familias de la zona viven de la pesca, turismo y agricultura”.

“Logramos identificar unas 22 especies de plantas acuáticas y árboles, que son comunes en la zona por la humedad. La técnica de medir áreas de trabajo o parcelas, nos ayuda a delimitar y contabilizar los árboles, que están dentro de ellas y hacer cálculos de índice de diversidad o valor de importancia. Logramos ver, que el árbol pimientillo, es el más común de la zona, se adapta a lo húmedo y al clima caliente. Las muestras recolectadas, se analizan en los laboratorios de la UES”, concluye el biólogo botánico y docente de la UES, Carlos Elías.