Por empezar, no es para nada evidente que Trump pueda atribuirse la apreciación del dólar. Pero aún si pudiera hacerlo, un dólar fuerte no es necesariamente bueno para sus objetivos en materia de políticas; tampoco el tipo de cambio es una medida precisa de la verdadera fortaleza de la moneda.
Pero con la administración Trump ahora cercada por escándalos, el impacto de la elección de Trump menguó, y con él, la fe en el dólar. En los primeros doscientos días de gobierno, la moneda estadounidense perdió casi 10% de su valor