“Ninguna se compara al Everest” dijo la montañista salvadoreña, Alfa Karina Arrué, al referirse a su historial de más de 700 montañas escaladas, durante un conversatorio denominado “llegar a la cima no es lo más difícil”, el cual fue desarrollado por el Instituto Nacional de los Deportes (INDES) y la Lotería Nacional, como parte del cierre del “Mes del Deporte”.
La atleta entrenó por siete años para cumplir una de sus más grandes aspiraciones. Fue así como el 12 de mayo de 2022, a las 6:30 a. m., hora local en Nepal, Arrué se convirtió en la primera mujer salvadoreña en llegar a la cumbre del Monte Everest. Logro que, asegura, espera pueda servir de inspiración para las mujeres y niñas en El Salvador.
Cabe destacar que hacer realidad este sueño implica un coste económico, mismo que, precisamente, hizo a la atleta referirse al nombre del evento. Arrué explicó que lo más difícil fue conseguir apoyo para cumplir con ese anhelo. Afirma que tocó puertas por más de cinco años y, en algunas ocasiones, solamente recibió comentarios negativos y que hacían dudar de sus capacidades. En ese sentido, agradeció al INDES por el apoyo económico brindado.
Por otro lado, la deportista habló sobre los grandes desafíos que se enfrenta todo aquel que aspire a escalar el lugar más alto del mundo, los cuales requieren alta demanda física y psicológica.
La montañista dijo haber tenido claros los riesgos a los que se enfrentaba en esta travesía. Como madre, lo más difícil era dejar a sus hijos y tener la duda si volvería con vida. “Si me llega a pasar algo tengan la seguridad que me iré feliz” fueron las palabras que manifestó a sus hijos antes de viajar hacia la cima del mundo.
Sin embargo, los años de experiencia como montañista y el cumplimiento de las indicaciones de sus Sherpas (guías locales) fueron determinantes para que su segundo intento por tocar cumbre fuera todo un éxito.
Para ello, comenta, pasó por una serie de preparaciones, como la física, para ganar resistencia muscular y poder soportar horas de actividad, a veces, incluso, sin la posibilidad de comer o tomar agua. Además de la aclimatación, entrenamiento que tenía que afrontar para poder adaptarse a las bajas temperaturas y poca cantidad de oxígeno del lugar, en la medida que se acercaba a la cima.
Además, al ser cuestionada por sus futuras aspiraciones en el montañismo, Arrué expresó que tiene como próximo objetivo llegar a la cima de K2, la segunda montaña más alta del mundo, luego del Everest, y la más peligrosa, la cual está ubicada en la cordillera del Karakórum, en Asia. Para ello, dijo, piensa en entrenar en algunas montañas como Ama Dablam, también situada en Nepal y el Alpamayo, una montaña de la cordillera de los Andes.