Wall Street se dio este martes un respiro y un esforzado S&P 500 luchó hasta el último suspiro para acabar la jornada con ganancias, dar un respiro al parqué neoyorquino de la mala racha precedente y pasar por caja antes de que la Reserva Federal decida si sube de nuevo los tipos de interés en EE.UU.
El Dow Jones de Industriales, el principal indicador, ascendió un 0.73 %, 171.45 puntos hasta los 23,764.43, mientras el selectivo S&P 500 subió un leve 0.01 % o 0.22 unidades, hasta 2,546.16, y el índice compuesto del mercado Nasdaq ganó un 0.45 % o 30.18 enteros, hasta los 6,783.91.
En la jornada bursátil de ayer, tanto el Dow Jones Industriales como el S&P 500 estaban en camino de su peor desarrollo desde diciembre de 1931, cuando las acciones se vieron afectadas durante la Gran Depresión, y es que el Dow y el S&P habían caído un 7.8 % y un 7.6 % este mes, respectivamente.
Pero hoy, por aquello de la volatilidad, el parqué entró en zona verde para tener una alegría antes de que la Fed decida si sube los tipos y golpea por cuarta vez este año a los inversores.
Especial protagonismo tuvo en la parte final de la jornada el S&P 500, puesto que llegó a perder un 1 % y sin embargo remontó en la última hora, aunque de forma leve, para que los analistas pudiesen definir el día como un rebote a las jornadas precedentes.
El protagonista negativo de los mercados fue hoy el petróleo de Texas. Los precios del crudo continuaron con una abrupta caída a un nuevo mínimo del año, agobiados por las preocupaciones sobre el crecimiento mundial y la incertidumbre sobre el impacto de los recortes de producción de los principales exportadores.
El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) cayó hoy un 7.3 % y se situó a 46.24 dólares el barril, su nivel más bajo en 16 meses, en un momento de fuerte producción en EE.UU. y Rusia pese a las preocupaciones por un exceso de oferta de crudo por temor a una desaceleración económica internacional.
Las nuevas preocupaciones acerca de la fortaleza de la economía mundial suscitaron dudas sobre la perspectiva de la demanda de combustible, lo que se sumó a la debilidad del mercado petrolero.
Los precios han caído drásticamente a medida que los analistas han reducido los pronósticos de crecimiento de la demanda y la oferta se ha incrementado.