La administración de Donald Trump canceló este martes el programa DACA (Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, por sus siglas en inglés), el proyecto con el que Barack Obama protegió de la deportación a más de 750 mil jóvenes indocumentados llegados a Estados Unidos siendo niños.
El mandatario deja ahora en manos del Congreso elaborar una solución legislativa para estos jóvenes en un plazo de seis meses, que es cuando caducarán los permisos de estancia y de trabajo de los primeros afectados.
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"El programa DACA está siendo rescindido", dijo Jeff Sessions. Trump dejó el anuncio en manos de su fiscal general, un ultraconservador opuesto a la inmigración y un viejo enemigo de DACA.
El final del programa DACA ha generado un terremoto político en el país, en el que durante meses ha habido llamadas a Trump a no cancelarlo.
No solo están en contra el Partido Demócrata y las organizaciones de defensa de los inmigrantes y de los derechos civiles. También miembros del Partido Republicano pidieron que se mantuviera.
La administración permitirá que los primeros jóvenes afectados por la cancelación del programa, cuyos permisos caducarán en marzo, pidan una renovación de los mismos antes del 5 de octubre.
DACA otorgaba permisos de estancia y de trabajos temporales y renovables a los jóvenes que cumplían con unas condiciones establecidas, entre ellas carecer de antecedentes criminales. La administración no los cancela, sino que los deja expirar.
A partir de ese momento, si el Congreso no ha elaborado una ley para entonces, serán inmigrantes en situación ilegal y podrán ser deportados.