La contienda electoral ya está a la vista, los y las candidatas de todos los partidos políticos se ponen los moños para convencer al electorado de que son la solución de los problemas que aquejan al país, aunque oficialmente aún no se da el banderillazo de salida.
Pero la carrera por el favor popular no está para nada exenta de polémica
Una de ellas es sin duda la sentencia contra la Ley de Partidos Políticos de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, que mandata a los partidos a que se democraticen, realizando elecciones internas entre sus correligionarios para la elección de candidatos a puestos de votación popular. Dictamen que lejos de democratizar, ha dividido internamente a las instituciones políticas.
A pesar de ello, dicha Sentencia se ha cumplido a medias, ya que los partidos utilizan la artimaña del “candidato único” para las diputaciones más estratégicas, teniendo como resultado final la imposición de los “preferidos de la cúpula o dirigencia”, sin tomar en cuenta el clamor de las bases.
Eso pasó, por ejemplo, en las elecciones internas del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Pese a que la Comisión Especial Electoral de ese instituto político informó que el 73.48% de la militancia inscrita en el padrón asistió a votar, el proceso fue criticado porque estaba sesgado hacia las candidaturas únicas.
El FMLN se defendió mencionado que existió un “consenso” para elegir a los precandidatos y que en todo se respetó la Ley de Partidos Políticos. Pero este se realizó de forma hermética, tanto, que ni la prensa tuvo acceso.
En cuanto a la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), también tuvo fuertes críticas, denuncias y hasta retiro de diputados.
El precandidato para la alcaldía de Santa Ana, Oscar Lara, denunció que los procesos internos están llenos de “presiones, intrigas, trampas, difamaciones y amenazas”.
Sin duda, fuertes declaraciones que se suman a la denuncia de los excandidatos a diputados por el mismo partido político: Johnny Wright y Juan Valiente, quienes denunciaron que al interior de ARENA hay una disputa entre conservadores y renovadores, vislumbrando graves conflictos internos a 230 días de las elecciones del 2018 a diputaciones de la Asamblea Legislativa y consejos municipales.
Justamente ese dato me lleva a cuestionar otra práctica que debería ser sancionada por el Tribunal Supremo Electoral (TSE): la campaña preelectoral que ya se está librando entre precandidatos para las presidenciales del partido ARENA.
Carlos Callejas y Javier Simán son los principales contrincantes, quienes de forma tácita se encuentran realizando precampaña cada uno con sus propias propuestas: Callejas con su “nueva visión social de país” y Simán con “Mi gente SV”, presentándose en diferentes lugares del territorio para dar a conocer sus ideas.
Por supuesto, ambos precandidatos niegan que sea campaña electoral, pero con solo dar un vistazo en sus redes socio digitales nos encontramos con la sorpresa de que ambos están realizando un arduo trabajo de recaudación para posibles votantes, todo bajo la impávida mirada del TSE que, a pesar de las advertencias a los empresarios de estar haciendo campaña electoral, pues para ello la ley establece periodos, solo amenazó con sancionar si continuaban la campaña proselitista abierta, pero las acciones de ambos continúan, y por supuesto está siendo reproducida por los medios de comunicación como caja de resonancia.
Otro jugador en el tablero político es sin duda Nayib Bukele, como un candidato mesiánico “independiente” pero con miras coquetas a la izquierda, que ha tratado de estar constantemente en campaña, ganándose a los sectores menos politizados.
Mientras, el partido oficial, el FMLN, no ha presentado a ningún candidato claro, pero ya se manejan diferentes nombres entre las bases, aunque sin nada oficial. Probablemente se encuentran en espera de quién será el candidato de la oposición para analizar su candidato presidencial, sin duda un proceso nada democrático, sino impositivo según conveniencia.