En El Salvador no solo existe una epidemia de homicidios que lo sitúa como uno de los países más violentos del mundo, también se consuman una cantidad exorbitante de extorsiones. En el 2015 se iniciaron al menos 2.814 casos de extorsiones, según informes de la Fiscalía General de la República (FGR).
No solo los comerciantes, pequeñas, grandes o medianas empresas son víctimas de extorsiones, personas naturales, ciudadanos comunes, también son el blanco de delincuentes, así lo señala la investigación sobre Nuevos Patrones de Violencia del Instituto Centroamericano de Investigaciones para el Desarrollo y el Cambio Social (INCIDE) que revela estadísticas de delitos más comunes entre el 2010 y 2015.
De acuerdo a estadísticas de la FGR citadas por INCIDE, del 2010 al 2015, “hubo una reducción significativa en el cometimiento de este delito al pasar de 4.421 casos iniciados en 2010, a 2.814 en el 2015, lo cual representa una reducción equivalente al 37 por ciento”.
El estudio advierte que los casos iniciados no representan todos los casos de extorsión efectivamente ocurridos en el país, pues no todas las empresas y ciudadanos reportan el delito por temor a represalias u otros factores.
Estadísticas de la Fiscalía revelan que en el 2011 se registraron 3.805 casos iniciados de extorsiones; en 2012 se reportaron 3.417; en 2013 se contabilizaron 3.217 y en 2014 se iniciaron 2.867.
Entre los lugares más afectados por el delito, encabeza la lista la zona central con un 33.3%, en segundo lugar la zona Paracentral con un 30% y en último lugar la zona oriental con un porcentaje de 21.2, de acuerdo a la investigación.
Recientemente el director de la Policía Nacional Civil (PNC), Howard Cotto afirmó que de enero al 9 de agosto de 2016, las extorsiones se habían reducido en un 7% en comparación al 2015. En el 76% de los casos, las pandillas son las principales responsables de su ejecución.
La reducción de este delito entre el primer trimestre de 2016 y el segundo ha sido del 2 por ciento, y se ha logrado la condena de acusados en un 93% de los casos denunciados, “puedo decir con seguridad que no hay otro rubro en el que las instituciones del Estado sean más efectivas que en la persecución de la extorsión”, afirmo el jefe policial.
Asimismo, Cotto aseguró que la reducción en 2016 en cuanto a este delito es producto del desarrollo de medidas extraordinarias en seis centros penales del país que albergan pandilleros y el control policial y militar en zonas controladas por estructuras criminales.
Según investigaciones, en el país se pagan al año $120 millones solo en concepto de extorsión y señalan que en las zonas donde se cometen, "el Estado ha perdido su poder de control".
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