Por Gabriel Otero
En 1985 pastores y sacerdotes asustaban a las masas, el sida, decían, era el castigo divino por llevar una vida licenciosa, los depravados debían rendir cuentas por sus prácticas antinaturales, sodomitas obvios y de closet ya no podrían esconderse de la ira de Dios. Desde el púlpito los clérigos gritaban, amenazaban posesos, ignorantes repetían, el mal se transmitía por la saliva y al estrechar la mano.
La enfermedad causaba estragos entre los homosexuales, Rock Hudson, galán hollywoodense de la década de los 50 fue una de sus primeras víctimas connotadas, le seguirían Freddie Mercury vocalista de Queen y otros personajes de la música, la pintura, la literatura y del deporte. Murieron muchos, miles de anónimos estigmatizados por sus preferencias sexuales, los considerados torcidos, olvidados por su conducta.
Familias apenadas desaparecían las memorias de sus hijos, las cenizas se regaban en mares y ríos o en el peor de los casos los recuerdos de gente que existió se enterraban en fosas comunes.
La prensa contribuyó en gran medida a difundir medias verdades o mentiras completas, al tiempo la epidemia apareció en heterosexuales en África, luego Asia y después el Caribe y se descubrió que la transmisión del virus era a través del semen y la sangre, es decir, mediante relaciones sexuales, por compartir jeringas o de una madre a su bebé durante el embarazo, el parto o la lactancia.
Practicar sexo sin condón era una actividad de alto riesgo y lo sigue siendo, el sida se transformó en el terror de generaciones. Los científicos descubrieron que el VIH, evolucionaba por fases siendo el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida la más grave y terminal.
Y en este milenio, después de cuatro décadas, 40.1 millones de personas han muerto de enfermedades relacionadas con el sida*, 84.2 millones han contraído el virus y aunque no existe cura para esta enfermedad solo paliativos que retrasan los síntomas, tener sexo sin protegerse equivale a jugar ruleta rusa con un révolver descompuesto.
Los jóvenes de hoy se han relajado, piensan que el sida es la invención de Boomers y la Generación X para fomentar la abstinencia, el mal repunta en cifras y apunta al cielo y no solo se circunscribe a homosexuales
Es el sida que da y muta en números y desgracias, el vulnerador de cuerpos y mentes, el capricho de la naturaleza que no se le desea a nada ni a nadie, porque después de todo nadie debería morirse por tener sexo es gratis, es rico, es libre y peligroso.
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* Cifras de ONU SIDA