Lai Xiaomin, ex presidente de la junta de China Huarong Asset Management Co., Ltd., fue condenado a muerte este martes tras ser declarado culpable de corrupción y bigamia.
La sentencia fue dictada por el Segundo Tribunal Popular Intermedio Municipal de Tianjin. El tribunal también dictaminó la privación de por vida de sus derechos políticos y que todos sus bienes personales sean confiscados.
El tribunal ordenó a Lai que entregara al tesoro estatal todas sus ganancias ilícitas, incluidos los intereses devengados.
El tribunal determinó que entre 2008 y 2018 Lai se aprovechó indebidamente de sus diversos puestos en la ex Comisión Reguladora de la Banca de China y Huarong, entre otros, para ayudar a ciertas organizaciones e individuos con financiamiento, contratación de proyectos, operaciones comerciales y promoción o transferencia de empleos.
A cambio, aceptó dinero y obsequios por valor de más de 1.780 millones de yuanes (276 millones de dólares), según el veredicto.
China Huarong Asset Management Co., Ltd., conocida simplemente como China Huarong, es una empresa de gestión de activos financieros de propiedad estatal mayoritaria en China, con un enfoque en la gestión de deudas en dificultades.
Entre el fin de 2009 y enero de 2018, Lai aprovechó sus cargos para malversar y extorsionar fondos públicos por más de 25,13 millones de yuanes, en connivencia con otros. También fue declarado culpable de bigamia, de acuerdo con el veredicto.
El fallo del tribunal determinó que el monto de los sobornos fue "particularmente enorme", y las circunstancias fueron particularmente graves, y señaló que la intención detrás de sus crímenes fue muy dañina.
Además, enfatizó que Lai había violado reglas al decidir algunos asuntos corporativos importantes y al entrometerse en algunos proyectos específicos.
Los delitos de Lai han socavado la seguridad y la estabilidad financieras del país, lo que ha provocado un impacto social extremadamente adverso.
Por otro lado, sus crímenes han causado "una gran pérdida" a los intereses del Estado y el pueblo.
Teniendo en cuenta la circunstancia de sus delitos, el tribunal decidió que Lai no merecía una sentencia indulgente.