viernes, 12 abril 2024

Salario mí­nimo: pulso de clases

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El gobierno no cambió la conformación del CNSM a pesar que pudo hacerlo desde la toma de posesión hace dos años en junio de 2014

El pasado 1º de junio, se acordó en el Consejo Nacional del Salario Mí­nimo (CNSM) un aumento í­nfimo entre el gran capital y representantes del sector laboral. Éste acuerdo de 5% anual por 3 años, aún no es definitivo ni será aplicable en junio, como los autores de dicho amaño han pretendido hacer creer a la población.  Aún falta la ratificación del máximo representante del Ejecutivo, el Presidente de la República. 

El Ejecutivo a través de la Ministra de Trabajo, ha observado el acuerdo, y lo ha devuelto. También puede convocar consultas especializadas en su gabinete económico. El Ejecutivo también puede emitir un Decreto Ejecutivo, reformando el Reglamentos de elección de miembros del Consejo Nacional del Salario Mí­nimo, el cual data de 1964 desde la época de la dictadura militar. Un nuevo reglamento permitirí­a convocar nuevos representantes al CNSM con una verdadera representación laboral, diferente al sistema de elección actual que fue diseñado en los años 60´s por las dictaduras militares y perfeccionado por los gobiernos neoliberales de ARENA en los años 90´s. 

El gobierno no cambió la conformación del CNSM a pesar que pudo hacerlo desde la toma de posesión hace dos años en junio de 2014. Los representantes laborales en el CNSM demostraron en repetidas ocasiones y en cada revisión salarial su tendencia a alinearse sin ningún recato a las propuestas de la ANEP. Por tanto lo sucedido el pasado 1º de junio de 2016, cuando nuevamente acordaron un aumento í­nfimo, no es ninguna sorpresa. 

¿Por qué a estas alturas no se hicieron esos cambios desde el Ejecutivo siendo parte de sus facultades constitucionales?. Esta es una pregunta que el Presidente, su gabinete y sus asesores en materia de trabajo deberán responder autocrí­ticamente. Sin embargo, aún hay tiempo de enmendar el error. Sobre todo porque el perí­odo de los miembros del actual CNSM, inició el 18 de marzo de 2013, y venció el 17 de marzo de 2015, sin que se convocaran elecciones tras 15 meses de vencido el perí­odo de su mandato. 

Aunque la Ley no permite al Ministerio de Trabajo obviar la convocatoria a elecciones, funcionarios vinculados al tema argumentaron que no se convocaron eporqué el Art. 151 del Código de Trabajo habilita a que “Los miembros del Consejo desempeñarán sus funciones por el perí­odo de dos años y ejercerán sus cargos hasta que los sustitutos tomen posesión de los mismos, pudiendo ser reelegidos o refrendados en sus nombramientos”. Mantener a los actuales miembros del CNSM por un año más de su perí­odo fue una acción en contra expresa de la Ley y además un craso error de cálculo polí­tico que permitió a la ANEP contar con sus aliados tradicionales en el CNSM. 

Por eso es importante no desestimar la capacidad de presión del capital hegemónico representado en la ANEP sobre el gobierno del FMLN, pues no ha faltado quienes señalen, que una actitud firme del Presidente de cara a defender la propuesta gubernamental en materia de salario mí­nimo de $300 para las actividades urbanas y $250 para el sector agrí­cola, pondrí­a en problemas el reciente acercamiento logrado, y anunciado hace algunas semanas entre la gremial empresarial y el Ejecutivo.

También el Ministerio de Trabajo, mantiene un acercamiento permanente con las gremiales empresariales en varios temas, entre ellos la promoción de ferias de empleo. Esto ha llevado a la Ministra de Trabajo a premiar a empresas como LIDO-FAMOLCAS afiliada a la Asociación Salvadoreña de Industriales ASI (miembros de ANEP), pese a tener abiertos sendos expedientes por despidos de dirigentes sindicales y violaciones constantes a los derechos laborales incluso en la OIT. Por su parte Javier Simán Presidente de la ASI, amenazó recientemente con despidos masivos si se aprueba la propuesta del gobierno en materia de salarios mí­nimos. Pese a lo descarado del chantaje y al anuncio de una medida ilegal, parece que esto no hace reaccionar al Ministerio de Trabajo. 

Mientras tanto, todas las reformas legales propuestas por el movimiento sindical en diversos ámbitos institucionales, para mejorar el cumplimiento de los derechos laborales o la ratificación de nuevos derechos y convenios internacionales se encuentran en un punto muerto. Lo anterior deja en claro, que pese a la retórica gubernamental en beneficio de los sectores laborales, en la práctica, es el poder económico hegemónico quien va ganando la partida en cuanto a marcarle al gobierno la pauta de su accionar en temas laborales. 

Claramente el tema del salario mí­nimo es un pulso de Clase, es una disputa económica y social en la que la última palabra la tendrá el Presidente que encabeza un Gobierno de izquierda que esta altamente presionado y condicionado por el poder económico hegemónico. 

Por su parte los sindicatos y las organizaciones sociales y populares representativas de la Clase Trabajadora aparte de repudiar el actuar de los falsos representantes en el CNSM, están llamadas a activar de manera urgente su capacidad de presión y movilización, enfocando sus acciones tanto en el poder económico hegemónico representado en ANEP como en el gobierno mismo, por muy de izquierda o identificado con los sectores populares que a éste se le considere.

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